Se llamaba Carlos Gustavo Burgos Vera, era oriundo de Balzar (Guayas) y tenía 51 años. Mientras sus agresores le rompían el cerebro a golpes en un municipio de Barcelona, España, le gritaban: “Sudaca de mierda, vete a tu país”, aseguran los testigos del brutal ataque contra el ecuatoriano.Sus tres presuntos asesinos están con libertad provisional. Solo tendrán que acudir dos veces por mes al juzgado mientras las investigaciones continúan. Y pese a que fueron detenidos por presunto delito de homicidio; tras su declaración, el Juzgado de Instrucción número 3 de Cornellà de Llobregat únicamente les imputa un delito de lesiones, según informaron medios locales.
Carlos Gustavo Burgos tenía siete hijos y desde hace 10 años vivía en España. Sus supuestos homicidas, todos españoles, son vecinos de Cornellá de Llobregat y Sant Boi (municipios de Barcelona). Ellos se llaman Juan José M. C., de 34 años; Jorge M. H., de 36, y Juan G. P., de 41.
Según la familia del occiso, Gustavo Burgos y unos amigos se encontraban en un parque cercano a su domicilio de Cornellá. Era el sábado pasado de noche y bebían licor. Mientras hablaba por teléfono hizo un movimiento que originó –sin desearlo- que la pantaloneta que vestía se le bajara. Estaba mareado.
Los vecinos le recriminaron su actuación al pensar que iba a orinar. Sus amigos ofrecieron disculpas y lo llevaron a casa. A los pocos minutos, Burgos y su pareja, Luz María Arauz –con quien residía- escucharon fuertes insultos de tres personas, en el parque frente a su piso. Aparentemente lo habían seguido. Burgos bajó. Después de recriminarle con insultos racistas -según los testigos-, se abalanzaron sobre él. Le dieron una brutal paliza, con incesantes puntapiés en la cabeza. Falleció poco después.
La familia del fallecido, que ha tomado contacto con el Consulado ecuatoriano en Barcelona, está desconsolada por la terrible pérdida, pero también por la decisión judicial. “Muchos testigos presenciaron la golpiza y sostienen que fue un ataque racista y xenófobo”, dice Raúl Castro, asesor del cónsul ecuatoriano en Barcelona, Freddy Arellano.
El fallecido estaba separado de su esposa y convivía con Luz María Arauz. Cinco de sus siete hijos también residen en Barcelona y dos en Ecuador. Dos son menores de edad, tienen 17 y 8 años.
Carlos Gustavo Burgos trabajaba como autónomo en el transporte de cargas y mercancías y era propietario de un camión.
La Secretaría Nacional del Migrante (Senami) en España espera un informe judicial que aclare la muerte del ecuatoriano. “Al parecer tiene tintes racistas”, dijo su representante en Madrid, Óscar Jara. Dependiendo de ese informe, la institución actuará en representación del Estado ecuatoriano. “Si se confirma que ha sido un ataque racista, actuaremos como acusación particular”, indicó.
Informó además que empezarán a estudiar la situación socioeconómica de la familia para establecer un mecanismo de ayuda.
La Senami en Quito no emitió ayer un comunicado oficial sobre el asesinato de Burgos, pues aguardaba el informe judicial en Barcelona. Sin embargo, esa entidad dio a conocer que, por pedido de los familiares del fallecido, ayudarán para costear la repatriación de sus restos en los próximos días. Esto, luego que se cumplan los trámites legales.
Dos casos previos
En octubre del 2007, una joven ecuatoriana sufrió brutales agresiones con tintes racistas por un individuo identificado como Sergi Xavi, en el metro de Madrid.
En agosto del 2008, otra compatriota también fue víctima de golpes hasta quedar inconsciente en Madrid. El ataque se hizo público por Internet.