Decenas de botes arrojados a la basura envasados al vacío se exponen en el Instituto Cervantes de Dakar junto a las fotografías de sus consumidores, un proyecto del colectivo español Basurama para concienciar a través del arte sobre las rutinas de consumo y sus efectos.
“La basura es identidad y memoria”, afirma a EFE Juan López-Aranguren, ingeniero y fundador de Basurama, colectivo conformado por cinco arquitectos, biólogos y medioambientalistas que desde hace 20 años trabajan sobre cuestiones relacionadas con el consumo.
Titulada ‘Trashlation’, la exposición, que se inauguró este miércoles en el marco de la undécima edición del festival de arte Partcours de Dakar y podrá visitarse hasta el 11 de diciembre, “tiene mucho que ver con el tema de la identidad”, explica a EFE López-Aranguren.
“En las redes sociales y en este modelo de vida que llevamos, muestras una cara, una identidad, que muchas veces no tiene que ver contigo, sino con lo que crees o quieres que los demás vean de ti”, señala el artista.
Pero también hay una “cara B”: la basura. “Esos residuos, que son el fruto de tu consumo, te definen de una manera más honesta que, a veces, la cara que muestras a través de tus redes sociales”, asegura.
Paloma Portela, consejera cultural de la Embajada de España en Senegal, institución organizadora de la exposición en colaboración con el Instituto Cervantes, declara a EFE que “esta exposición no busca ser únicamente una representación artística, sino también un compromiso con los grandes desafíos medioambientales de nuestro tiempo”.
“Es, ante todo, una reflexión sobre la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en relación al patrimonio plástico que producimos y la importancia del tratamiento responsable de nuestros residuos”, apunta Portela.
Fósiles del futuro
“Hay una cosa de esta experiencia y es que los participantes van cargando con una bolsa durante 24 horas”, afirma el arquitecto, al señalar que “ese gesto de ir llenando tu bolsa según consumes también te ayuda a darte cuenta de cuando consumes”.
“De alguna manera, la performance la hace la propia persona cuando recoge los objetos”, añade.
Tras ser recogidos por sus consumidores, los plásticos, botes y paquetes fueron entregados a Basurama, quienes envasaron al vacío lo consumido por cada persona, generando lo que ellos denominan “fósiles del futuro”.
“El fósil del futuro es el que estamos creando ahora. Son todos estos plásticos, ‘packaging’ y botes, que van a sobrevivirnos prácticamente como civilización”, advierte López-Aranguren.
“Tenemos -cuenta- una frase que leímos una vez en un grafiti en Argentina que decía: Cualquier plástico dura más que un amor eterno”.
“Esto de plastificar el plástico nos parecía un poco de humor, pero a la vez un poco del mundo en el que vivimos: cuando plastificamos un plátano, un pepino, que tienen su propia cáscara”, añade.
Ciudadano global
Además, junto a estos elementos se exponen también diferentes objetos que se han recogido de las calles de Dakar: cubos, cubiertos, una sartén, chanclas, bolsitas de agua o botes de chocolate de la marca más consumida en Senegal.
Se trata de objetos que “consciente o inconscientemente nos indican dónde estamos” y “que tienen mucho que ver con la memoria de Dakar”.
Junto a las fotografías de los participantes también se encuentran las de exposiciones realizadas en otros países de los cinco continentes.
“Creemos que eso es lo bonito de esta exposición, que te permite también entender ese ciudadano global que somos y a la vez ese consumidor universal”, según el fundador de Basurama.
Y es que, como dice uno de los dípticos de la exposición: “eres lo que tiras”.