Un anticancerígeno cubano es objeto de una inédita alianza con EE.UU.

El CIMAvax-EGF está aún en fase experimental. Foto: Captura

El CIMAvax-EGF está aún en fase experimental. Foto: Captura

El CIMAvax-EGF está aún en fase experimental. Foto: Captura

Distantes en el terreno político pero unidos en la investigación científica: la primera empresa mixta en biotecnología entre Cuba y Estados Unidos promoverá la eficacia de un tratamiento cubano contra el cáncer de pulmón y su posible uso en pacientes estadounidenses.

Aún en fase experimental, el CIMAvax-EGF dio de qué hablar en los últimos meses, incluso antes del anuncio de este inédito acuerdo.

Promocionado como milagroso en varios sitios de internet, fue elogiado a finales de septiembre como una “vacuna contra el cáncer de pulmón” por el líder del partido de izquierda radical Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, quien después se retractó.

La realidad es más compleja: más que de una vacuna, el investigador del Centro de Inmunología Molecular de La Habana, Orestes Santos, prefiere hablar de “inmunoterapia activa” que actúa sobre la proteína EGF (factor de crecimiento epidérmico) .

“El tumor del cáncer de pulmón necesita el EGF para su crecimiento y proliferación, y lo que hicimos en nuestro centro fue desarrollar un producto que genera anticuerpos contra esa proteína”, explica Santos.

“Es un arma más en la lucha contra el cáncer, que se combina con otras armas terapéuticas como puede ser la quimioterapia”, añade.

5 000 pacientes tratados

Interesado en este tratamiento, el Roswell Park Cancer Center, con sede en Búfalo (Nueva York) , contactó con el centro cubano en 2015, durante una misión comercial de Estados Unidos a la isla en medio del histórico deshielo entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría.

Poco después, la relación bilateral se volvió a tensar, pero esto no impidió que la asociación floreciera y diera origen a esta empresa mixta, que se instalará en la zona franca del megapuerto del Mariel, 45 km al oeste de La Habana.

“La empresa cubano-norteamericana tiene como intención financiar el desarrollo (del tratamiento), y hacer nuevos ensayos clínicos más complejos, más grandes, en el territorio norteamericano”, indica el vicedirector del centro cubano, Kalet León.

El objetivo es su “potencial registro (ante las autoridades sanitarias estadounidenses) y su aplicación masiva en los pacientes” de ese país, añade.

Administrado en forma de inyección mensual en los centros de salud de la isla desde 2011, el tratamiento ya fue probado en Paraguay, Perú, Sri Lanka, Malasia y Bosnia.

“Hoy más de 5 000 pacientes alrededor del planeta están utilizando la inmunoterapia activa con el CIMAvax”, subraya la doctora Soraida Acosta, directora del departamento de ensayos clínicos en un hospital de Santiago de Cuba.

No hay milagro

La cooperación médica y científica entre ambos países siempre sobrevivió a los sobresaltos de sus relaciones.

“A pesar del embargo (económico, vigente desde 1962), esta es una de las últimas palancas diplomáticas que se ha mantenido”, con “la participación de investigadores estadounidenses en coloquios en Cuba y la capacitación de científicos cubanos en Estados Unidos”, asegura Nils Graber, estudiante de doctorado en antropología en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París.

Para Graber, autor de una tesis sobre la innovación científica cubana, la isla ha sido pionera en la lucha contra el cáncer, pero “el tratamiento mediático respecto a Cuba ha sido siempre binario y maniqueo, con anuncios del descubrimiento de un tratamiento milagroso (...) y del otro lado, con artículos que buscan inmediatamente descalificar las investigación cubana”.

En el caso del CIMAvax, “es falso, no hay un tratamiento milagroso desarrollado en Cuba, sino similar al que se hace en otros lugares”, pues muchos científicos en el mundo están apostando por la inmunoterapia (que consiste en activar el sistema inmunológico del paciente) para combatir el cáncer.

Esta técnica, descubierta por el estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo, acaba de ser coronada con el premio Nobel de Medicina.

El CIMAvax se basa en un “mecanismo único”, pues deja “morir de hambre a las células cancerosas”, asegura el director de desarrollo científico del Roswell Park, Doug Plessinger.

Los resultados de las primeras pruebas que se practicaron a 30 pacientes estadounidenses, presentados en el Congreso Mundial de Cáncer de Pulmón, celebrado recientemente en Toronto (Canadá) , son “ muy alentadores ” , “ pero sabemos que es necesario producir muchos más datos ” para probar la eficacia del tratamiento.

El profesor Fabrice André, director de investigaciones del Centro de Lucha contra el Cáncer Gustave-Roussy, de Francia, apela a la prudencia, porque la “diferencia entre la supervivencia de los pacientes vacunados y los no vacunados (...) no es considerada lo suficientemente importante como para que la comunidad pueda afirmar que existe una prueba científica de que la vacuna está funcionando”.

El tratamiento es “interesante, considera sin embargo André,” si el medicamento es mejorado y si seleccionan bien a los pacientes". 

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