Las dos perforadoras que trabajan en el rescate de los 33 trabajadores atrapados en una mina de Chile superaron los 300 m de excavación. Con esto aumentó el ánimo de los mineros, que desde el fondo de la mina pueden oír el trabajo incesante de las máquinas.
La perforadora encargada del denominado Plan A, una Strata 950, alcanzó ayer “los 308 metros”, mientras que una segunda perforadora, a cargo del Plan B, “lleva un avance de 368 metros”, señaló el coordinador de las tareas de rescate, René Aguilar.
La primera de las máquinas debe perforar 702 metros y la segunda, 630. El mayor avance lo consiguió la segunda máquina, una perforadora modelo T-130, que a las 02:00 de ayer retomó sus operaciones tras sufrir la rotura de una de sus piezas el jueves 9.
Esta máquina debe ensanchar hasta unos 30 cm un primer ducto ya construido de 630 metros, para luego en una segunda pasada volver a agrandarlo hasta unos 70 cm de diámetro y permitir la ajustada salida de los mineros.
Este fin de semana la T-130 podría finalizar su primera fase tras alcanzar los 630 metros en su primera pasada, según dijo Aguilar.
Luego viene una segunda perforación que “tiene una velocidad distinta”, más lenta que la primera fase, por lo que se mantiene la estimación oficial sobre el plazo del rescate de los mineros, previsto para inicios de noviembre o comienzos de diciembre, en el escenario más pesimista.
Los mineros “están muy contentos. Están escuchando perforar a las dos máquinas a un buen ritmo”, explicó Aguilar.
Ellos “han comenzado a preparar el taller mecánico para que cuando llegue la sonda, les permita sacar algo de material que pueda caer”, sostuvo el funcionario al hablar sobre el lugar donde debería llegar la segunda perforadora y los planes para que los propios mineros colaboren en su rescate. “Ya pasamos la época más dura”, que fue cuando los mineros no escuchaban las máquinas perforadoras trabajar, confirmó también el psicólogo a cargo del rescate, Alberto Iturra.
El psicólogo confirmó que Ariel Ticona, uno de los 33 mineros atrapados, pudo ver el nacimiento de su hija Esperanza, ocurrido el martes, gracias a un video que le enviaron al fondo de la mina. “Vio el video. Esperanza ha sido muy bien recibida”, relató.
Los mineros, explicó además el psicólogo, ya recuperaron todos su peso y siguen haciendo sus ejercicios físicos diarios y colaborando con todo lo que se les está pidiendo. El sábado ellos comerán empanadas y asado de filete, tal como lo harán la mayoría de los chilenos, para conmemorar el Bicentenario del país.
Los mineros quedaron atrapados el 5 de agosto pasado en la mina San José, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago de Chile. El 22 de agosto lograron hacer llegar un mensaje a la superficie indicando que todos se hallaban vivos y bien de salud.