Un grupo de socorristas recuperó, hasta anoche, 23 cadáveres de las 130 personas que fueron sepultadas por un alud de tierra que cubrió un barrio de una ciudad del noroeste de Colombia, en la peor tragedia por las lluvias que azotan al país en los últimos días.
El deslave se registró en el barrio La Gabriela, construido sobre la ladera de una montaña en el municipio de Bello, en Antioquia, cerca a Medellín. Inicialmente las autoridades reportaron 145 personas desaparecidas, pero con el paso de las horas la cifra se redujo debido a que en algunos casos existía doble registro.
Colombia afronta lo que el Gobierno calificó como la peor tragedia natural en su historia ocasionada por las lluvias, que dejan más de 190 muertos, 248 heridos y 1,5 millones de damnificados en lo que va del año.
“Hay124 personas desaparecidas, lamentablemente hasta el momento contamos con 18 cuerpos que se han recuperado”, dijo más temprano el secretario de Gobierno de Bello, Diego Muñoz. Siete personas salieron ilesas.
Socorristas de la Cruz Roja y Defensa Civil con picas y palas, así como con el apoyo de perros y retroexcavadoras avanzan lentamente en la búsqueda de las víctimas en medio de un inmenso lodazal que sepultó por lo menos 45 viviendas de un barrio obrero.
Decenas de personas, familiares de personas reportadas como desaparecidas, se sumaron a las labores de búsqueda y rescate.
Orfanely Madrigal, una ama de casa que perdió en el alud a 12 de sus familiares, miraba impotente la lenta remoción de lodo con la esperanza de que algunos de los cadáveres de sus seres queridos sean rescatados. “Yo presentía esta tragedia y a mi mamá le había dicho que el sector estaba en alto riesgo pero nunca me creyó”.
“Perdí más de la mitad de mi familia, perdí mi madre, cuatro hermanos, mis sobrinitos y mis niñas de 13 y 10 años”, relató la mujer.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos se dispone a declarar un estado de emergencia que le permita apropiar recursos fiscales para atender el caos que provocan los deslaves e inundaciones en el país. A comienzos de noviembre el Gobierno declaró la calamidad pública en 28 de los 32 departamentos para atender la emergencia ocasionada por el fenómeno de La Niña.
Los deslaves e inundaciones han destruido carreteras y puentes, por lo que varias regiones del país permanecen incomunicadas por vía terrestre.
El instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, pronosticó que las lluvias ocasionadas por La Niña se extenderán hasta marzo, justo cuando se inicia la temporada habitual de precipitaciones, por lo que los próximos seis meses continuará la emergencia.
Los expertos temen un fuerte impacto de las lluvias sobre la producción agrícola del país, incluyendo la cosecha de café, así como sobre la deficiente infraestructura de carreteras.
El Gobierno admitió que la inundación de cientos de miles de hectáreas de cultivos y el bloqueo de carreteras, provocarán un alza en la inflación de los próximos meses, aunque advirtió que no debieran comprometer las metas oficiales.
El primer impacto de los temporales se sintió en los precios al consumidor de noviembre, que subieron un 0,19% frente a una caída de 0,07% en el mismo mes pero del 2009. “Los efectos de inflación no creo que sean tan grandes el próximo año”, manifestó el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry.