La Policía investiga en el sitio donde un migrante sirio se hizo estallar con un artefacto explosivo en Ansbach, el sur de Alemania, el 24 de julio de 2016. Foto: AFP
Un atentado suicida cerca de un festival de música, un ataque con hacha, un tiroteo sangriento en Múnich, y otra agresión con machete: Alemania vivió una serie de tragedias en menos de una semana que desató temores y nervios entre la población y el gobierno.
24 de julio: atentado suicida
Un refugiado sirio de 27 años, quien había jurado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que lo reconoció como a uno de sus “soldados”, se hizo explotar al caer la noche en el centro de Ansbach, una ciudad de 40 000 habitantes en Baviera (sur), en las proximidades de un festival de música pop al aire libre al que asistían 2 500 personas. El agresor murió en la explosión, en tanto 15 personas resultaron heridas, cuatro de ellas graves pero que no corren peligro de muerte. En tanto las autoridades bávaras privilegiaron desde un principio la pista yihadista, Berlín intentó matizar la información a la espera de una confirmación.
El solicitante de asilo (rechazado), que debía ser expulsado hacia Bulgaria, estuvo internado en una clínica psquiátrica tras dos intentos de suicidio. Había intentado entrar en vano al recinto donde se desarrollaba el festival y poco después se hizo explotar en las cercanías.
24 de julio: ataque con machete
Un refugiado sirio de 21 años mató durante una disputa a una polaca de 45 con un golpe de machete en un pequeño restaurante de la ciudad de Reutlingen (suroeste), tras lo que huyó corriendo e hirió a su paso a otras personas provocando el pánico.
Finalmente, pudo ser detenido al ser deliberadamente atropellado por un automóvil. Según la policía, se trató de un drama pasional.
22 de julio: tiroteo en Múnich
David Ali Sonboly, un germano-iraní de 18 años obsesionado con las matanzas masivas, asesinó a nueve personas, adolescentes y adultos jóvenes en su mayoría, cerca de un centro comercial de Múnich. Sufría trastornos psiquiátricos. Había preparado su acción durante un año. Uno de sus amigos, de 16 años, fue detenido, la policía sospecha que había sido informado del proyecto de masacre por el autor y no dio la información a nadie.
Este tiroteo provocó escenas de pavor en la ciudad puesto que la policía creyó durante horas que se trataba del acto de un comando terrorista, y desplegó 2 300 efectivos.
18 de julio: atentado con hacha
Un joven solicitante de asilo de 17 años, quien afirmó ser afgano, agredió a pasajeros en un tren, turistas hongkoneses éstos, a golpes de hacha y cuchillo cerca de Wurtzburgo, tras lo que atacó a una mujer que paseaba a su perro por la calle. Cinco personas resultaron heridas. Poco más tarde, el agresor fue abatido por la policía.
Había reivindicado su acto, en un video filmado previamente, en nombre del Estado Islámico.
La policía cree que podría tratarse de un paquistaní.