Adán salió del Paraíso terrenal “con una pena y una promesa”, dijo hoy el papa Francisco en la homilía de la misa en la Casa de Santa Marta.
“Dios tiene nostalgia de nosotros cuando nos alejamos de él y esto nos puede impulsar a muchas horas de plegaria. El balance de Dios no es el de una empresa, es un balance de amor”, agregó Francisco, citado por Radio Vaticano.
El Papa comentó un fragmento del profeta Oseas y el fragmento evangélico sobre el hijo pródigo.
“El Señor, observó, nos habla con ternura. También cuando nos invita a la conversión y esta palabra nos suena un poco fuerte, dentro está esta nostalgia amorosa de Dios”.
Está la exhortación del Padre que dice al hijo: “Vuelve, es hora de volver a casa”. Por lo tanto, indicó, ya “sólo con esta palabra podemos pasar muchas horas de plegaria”.
“Es el corazón de nuestro Padre, es así Dios: no se cansa, no se cansa. Y por muchos siglos hizo esto, con tanta apostasía, tanta apostasía del pueblo. Y El siempre vuelve, porque nuestro Dios es un Dios que espera”, comentó Francisco.
“Desde aquella tarde en el Paraíso terrenal, Adán salió del Paraíso con una pena y también una promesa. Y él es fiel, el Señor es fiel a su promesa, porque no puede renegar de sí mismo. Es fiel. Y así nos esperó a todos, a lo largo de la historia. Es el Dios que nos espera, siempre”.