Una operación estadounidense contra el narcotráfico mexicano que se prolongó durante 22 meses se saldó con la detención de 2 266 personas, entre ellas 429 el miércoles, informó ayer el Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder.
La Operación Liberación, protagonizada por la Administración Antidrogas (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia de Aduanas e Inmigración (ICE), detuvo a 2 266 individuos, así como la aprehensión de 74,1 toneladas de drogas y USD 154 millones en efectivo.
La operación contó con la colaboración de México, cuyas fuerzas policiales detuvieron el 30 de mayo a Carlos Ramón Castro-Rocha, jefe de una banda que introducía heroína en Estados Unidos.
Esta nueva operación se añade a dos desveladas el 2009, la Operación Xcelerator, contra el cartel mexicano de Sinaloa, con más de 780 detenciones y el Proyecto Coronado, contra el cartel de la Familia Michoacana, con 1 200 detenciones en casi dos años.
La Operación Liberación tuvo como objetivo desmantelar la infraestructura de transporte de las drogas hacia EE.UU., y de armas y dinero hacia México. Ese transporte adquiere progresivamente formas cada vez más sofisticadas, dijo Michele Leonhart, administradora provisional de la DEA.
El narcotráfico entre México y EE.UU. mueve al año unos USD 29 000 millones. La guerra contra el narcotráfico lleva por el momento un saldo de 22 700 personas en México en los últimos tres años y medio, a pesar del despliegue de unos 50 000 soldados.
Una ‘ola antimexicana’
El fiscal general de EE.UU., Eric Holder, dijo que la “extremadamente lamentable” muerte por un disparo del adolescente mexicano Sergio Hernández en la frontera está siendo investigada por el FBI, pero descartó que el incidente vaya a dañar las relaciones bilaterales.
Ayer se difundió un video, tomado desde el lado mexicano, que muestra el momento en que un agente de la patrulla fronteriza estadounidense mata al chico de 14 años en Ciudad Juárez. Este reciente incidente se suma a la muerte, el 31 de mayo, de otro inmigrante mexicano a causa de las descargas eléctricas que recibió por una patrulla fronteriza en California.
Ayer, durante su vuelo a Sudáfrica, el presidente mexicano Felipe Calderón reprochó la ola ‘antimexicana’ que se desató en la nación vecina y que derivó en la muerte de dos mexicanos.