El expresidente uruguayo José Mujica (izq.), la vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky (segunda izq.), y la precandidata presidencial por el Frente Amplio Carolina Cosse (segunda der.) participan en la manifestación por el Día Internacional de los Trabajadores, el miércoles 1 de mayo del 2019 en Montevideo (Uruguay). EFE
José Mujica, expresidente de Uruguay, es foco de la polémica, en medio de la crisis política en Venezuela, por las declaraciones que dio el miércoles 1 de mayo de 2019, durante los actos en conmemoración al Día del Trabajo en Montevideo.
Un día después de que se difundieran imágenes de la represión militar en Venezuela, después de que el martes 30 de abril el presidente interino Juan Guaidó anunciara el final de la ‘Operación Libertad’, Mujica, ante la presión del periodista uruguayo Leonardo Sarro de Radio Monte Carlo, respondió: “No hay que ponerse delante de las tanquetas”.
El mensaje del exmandatario fue emitido al llegar al acto de la central sindical, que respalda al gobierno de Nicolás Maduro.
Las imágenes de tanquetas se viralizaron a escala mundial en las redes sociales. El martes 30 de abril se pudo observar cómo una tanqueta -vehículo blindado VN-4 de fabricación china y conocido como ‘Rinoceronte’- de la Guardia Nacional Bolivariana, arrolló a los manifestantes.
Pero las declaraciones de ‘Pepe’ Mujica no quedaron allí. Luego del acto por el 1 de mayo, habló de “una bestia” la que conducía la tanqueta. Sin embargo, la entrevista concedida a Sarro, ya era comentada y criticada en redes sociales, sobremanera por los dirigentes políticos de ese país.
“No hay que ponerse delante de las tanquetas… Si usted sale a la calle se expone”, dijo Mujica. Las críticas en Uruguay se remontaron a los recuerdos de la época de la dictadura en el país austral con militares reprimiendo a militantes de izquierda o de gremios de trabajadores y estudiantes.
La Nación señaló que el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros es el grupo mayoritario del oficialista Frente Amplio, el que respalda abiertamente al régimen de Nicolás Maduro. De igual manera, el medio argentino resalta que el movimiento de Mujica asocia a la oposición liderada por el líder opositor Juan Guaidó con operaciones diseñadas por Estados Unidos.
Sin embargo, las reacciones desde otro sector, contrario a Mujica, también se hicieron escuchar. “¡Es una canallada que avergüenza a todos los uruguayos! Además es la prueba más oprobiosa de los vínculos oscuros con Maduro y su dictadura corrupta”, dijo el senador Pablo Mieres, candidato presidencial de Partido Independiente.
Por otra parte, el senador Javier García, del Partido Nacional, dijo que Mujica había mostrado su verdadera imagen y no la que tuvo repercusión internacional. “El candidato al Premio Nobel de la Paz en su versión original, la verdadera: la que justifica el crimen, si el criminal es su amigo y socio”, afirmó.
El precandidato presidencial José Amorín Batlle, del Partido Colorado, señaló por su parte que es “inaudita” la defensa que, con Mujica a la cabeza, hace la izquierda “de una dictadura corrupta y asesina”, mientras que el diputado Daniel Radío, que surgió del Frente Amplio, pero se fue al Partido Independiente, dijo que las declaraciones de Mujica eran la “dosis diaria de vergüenza”, por lo que pidió “perdón al mundo”.
Las picantes declaraciones de Mujica también mostraron desacuerdo en periodistas y analistas políticos. El rotativo La Nación recogió la posición de la periodista Elena Risso quien ironizó sobre la referencia de Mujica al riesgo de pararse frente a una tanqueta, con el argumento de relativizar lo grave de una violación sexual: “El problema era que tenía la pollera (falda) muy corta”.
En tanto que el también periodista Federico Castillo dijo que el “viejo sabio” tenía un consejo para las víctimas de inseguridad: “No hay que ponerse delante de las balas”.
Por su parte, el analista político Graziano Pascale, vinculado con el Partido Nacional, también apeló a la ironía: “Ya saben muchachos: si se ponen delante de una tanqueta o de una picana eléctrica, después no se quejen. Sigan los amables consejos de Mujica”.
El también analista Nicolás Albertoni definió los dichos de Mujica como “cinismo en su máxima expresión” y expresó que “duelen tanta imprudencia y obscenidad descarada” comparando la justificación de la represión con lo sucedido en las dictaduras de los setenta y ochenta.