El mundo ideal está lejos de casa

Pablo Torres A.

Pandora es un lugar inhabitable para los humanos. Ahí se ha desarrollado eficiente vida extraterrestre. La naturaleza ha creado una fauna que debería estar en el museo de las más tenebrosas pesadillas: los animales tienen 6 patas, armaduras impenetrables, grandes y afilados dientes. Son reminiscencias de dinosaurios, hienas, panteras.

La ficha

Avatar Guión y dir.:  James Cameron, País:  EE.UU. Año:  2009. Dur.: 162 min. Género:  Fantasía. Reparto:  Sam Worthington, Zoë Saldana,  Sigourney Weaver y Michelle Rodríguez. Música:  James Horner. Foto:  Mauro Fiore.

Nominaciones ‘Avatar’ ha recibido una nominación a los Globos de Oro. Todavía no se sabe en cuáles categorías estará presente en los premios Oscar. James Cameron recibió una estrella en el paseo de la fama.En Pandora la flora es extravagante y fosforescente. Es una mezcla de la grandiosidad del mundo prehistórico con la exuberancia de la selva tropical. Por eso en este planeta imaginario las plantas son iguales a las de la Tierra con hojas verdes y troncos de madera que se consumen con fuego. Se supone que en Pandora el aire es enrarecido y por eso todos los humanos deben usar máscaras de oxígeno, pero el fuego consume las cosas igualito como las consume en la Tierra. La mezcla del combustible y el comburente produce la misma llama amarilla, el mismo humo negro y las mismas pavesas de lo que un día fue y ya no será.

Es el siglo XXII, la humanidad ha sido capaz de realizar largos viajes espaciales con personal criogenizado. Ha creado acorazados robots que son comandados desde su interior por un hombre. Incluso ha  clonado razas de seres alienígenas de 4 metros de alto, que son manejados a la distancia mediante una huella genética, pero no ha sido capaz de poner un motor en la silla de ruedas de un militar inválido, ni de planear un ataque con armas más sofisticadas, por eso tienen que utilizar las casi obsoletas ametralladoras del siglo XX.

Pequeñas diferencias separan a los Na’vi de los seres humanos.  Son bípedos, caminan completamente erguidos, tienen cola, son lampiños. A pesar que caminan descalzos sus pies tienen la delgada piel humana. Todos los alienígenas tienen dientes casi perfectos. Son de color azul eléctrico, tienen vergüenza de la desnudez y decoran sus cuerpos con todo tipo de ornamentos como collares y aretes. Se enamoran. Sufren por ello.

Viven en paz con la naturaleza. Incluso siguen la tradición de los indios americanos Pawnee de hacer rezos y agradecer al animal cazado por dar su vida para alimentar al resto. También siguen las tres reglas de los indios Cherokee para relacionarse con la Gran Vida. Por eso solo toman lo necesario del medio ambiente.

Entonces del cielo llega a Pandora  todo un zoológico de militares, científicos y empresarios para hacerse de los recursos minerales del lugar. 
Pero el plan sale mal, nadie contaba con que el militar inválido (también venido del cielo) se enamore de una lugareña. Desde ahí  el discurso ecologista se  cambia por uno mesiánico-amoroso. Justamente, el recién llegado, después de un riguroso entrenamiento, aprende a amar la tierra de su amada. Al final, el salvador hasta logra una merecida reencarnación, literalmente.

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