Policías que dan seguridad en los albergues de personas damnificadas del terremoto de Manabí. En la foto está el Albergue Nuevo Terminal de Pedernales. Las mujeres policías cuando cambian de turno se informan de todo. Foto: Eduardo Teran Urresta / EL COMERCIO
La Policía Nacional movilizó 7 403 uniformados a las zonas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril. En Pedernales están desplegados 850. De ese número, 160 son mujeres.
Las policías están encargadas de la vigilancia y control interno de los albergues. Los hombres están ubicados en el casco urbano, en las 42 Unidades de Policía Comunitaria móviles y otras actividades de seguridad.
Ellos se hospedan en dos campamentos autosustentables ubicados en la ciudad, mientras que ellas ocupan dos hoteles en la localidad de Cojimíes, a unos 30 minutos al norte.
La cifra es baja para las tareas que tienen y para los turnos que deben cumplir. Varias comentan que apenas tienen alrededor de dos horas para dormir entre cada turno, ya que tienen que cubrir las 24 horas del día.
Policías que dan seguridad en los albergues de personas damnificadas del terremoto de Manabí. En la imagen las mujeres policias en el albergue Caritas Alegres del nuevo Pedernales. Foto: Eduardo Teran Urresta / EL COMERCIO
Por ejemplo, los relevos se dan cada seis horas, a las 00:00, 06:00, 12:00 y 18:00.
La mayoría tiene que cumplir dos de ellos cada jornada, más el tiempo que toma el relevo, para informar de la situación de cada albergue o refugio, el traslado a Cojimíes, para cuando se acuestan a dormir les quedan pocas horas de descanso antes de volver a salir y empezar de nuevo en el segundo turno del día.
Se encargan de toda la seguridad interna de albergues y refugios, principalmente de vigilar el uso correcto de duchas y baterías sanitarias, de la protección de los menores de edad y el control de los ingresos y salidas.
Además, si los niños acuden a algún centro lúdico o educativo, instalado para los damnificados, ellas acompañan a los menores hasta su destino o hasta el punto de salida, donde los recoge el autobús.
Al final de la jornada escolar los esperan en el mismo lugar y los llevan de vuelta al campamento.
En el Albergue Nuevo Terminal de Pedernales las mujeres policías cuando ayudan en la alimentación de los niños. Foto: Eduardo Teran Urresta / EL COMERCIO
Como la emergencia obligó a las autoridades a movilizar casi todo su contingente a las zonas afectadas, muchas de ellas fueron graduadas a la brevedad para que inicien con su servicio. Muchas de ellas tienen entre 20 y 23 años y cero o poca experiencia.
Llegan desde todas partes del país, Guayas, Pichincha, Bolívar, el mismo Manabí, entre otras. Uno de los grupos que custodia un refugio informal en las afueras de Pedernales teme por su seguridad, al igual que los policías hombres de mayor rango que están a su cargo, ya que hay zonas que no tienen iluminación en la noche y que están atiborradas de gente. Y ellas no portan armas. Prefieren no hacer la ronda nocturna por eso.
Ninguna sabe cuánto tiempo va a permanecer en las zonas del desastre. El pase puede llegar en cualquier momento. El coronel Hernán Carrillo afirma que una primera decisión es que permanezcan en sus destinos durante todo el decreto de emergencia, es decir un mes más.
Pero agrega que al final de ese periodo lo más probable es que se extienda la estancia de los equipos en las distintas zonas, ya que están familiarizándose con el lugar y el tipo de trabajo.