Varias activistas esperan en las afueras del edificio de la ONU en Quito. Foto Erika Guarachi / EL COMERCIO
Las cuatro activistas Karla Calapaqui, del Movimiento de Mujeres del Ecuador; Pilar Rassa y Anabel Guerrero, del movimiento Mujer Sur Kuna y Cristina Cachaguay, del movimiento de Mujeres por el Cambio, ingresaron la mañana de martes 23 de febrero a las oficinas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ubicada en la avenida Amazonas y Mariana de Jesús.
Ellas tenían una audiencia con Nidya Pesántez, oficial del programa ONU Mujeres en Derechos Humanos. El motivo de este encuentro, previsto para las 10:00, era conversar sobre el ataque que sufrió con un grupo de mujeres durante una conferencia del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, a inicios de este mes, en las instalaciones del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).
En las afueras del edificio de Naciones Unidad, un grupo de mujeres está a la espera de conocer resultados de esta reunión.
Cecilia Jaramillo, del movimiento Mujeres por el Cambio, indicó que espera que ONU Mujeres sea consecuente con el pedido de que se sancione al Presidente de Turquía por las acciones de su guardia presidencial. “Por más importante que sea un Presidente no se puede pisotear”, explicó la activista.
Ellas presentaron, la semana pasada, una carta en la que se denuncian las agresiones que sufrieron mujeres ecuatorianas por parte de la seguridad presidencial de Turquía.
En un parte del documento se señalaba: “No podemos acudir a la justicia ecuatoriana ya que el Estado no nos ofrece ninguna protección, demandamos que la ONU se pronuncie ante estos hechos”.