La mujer inmigrante valora más los logros de su época

El 8 de marzo de 1908, 129 trabajadoras de la fábrica Cotton Textile Factory, de Nueva York, perdieron la vida en el incendio que se produjo durante la huelga que protagonizaron miles de obreras  en demanda de mejores salarios, capacitación o menos horas de trabajo. 

Este y otros sucesos,  como la marcha que realizaron otras miles de trabajadoras hacia los barrios ricos de Nueva York, en protesta por sus condiciones de trabajo en 1857,  dan sentido a la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, instaurado por la Unesco el 8 de marzo.

Se puede decir que las cosas han mejorado para las mujeres, pero aún queda mucho por hacer en favor de la igualdad.  Sin ir más lejos, de acuerdo con la Agencia Estadística Europea la diferencia salarial entre hombres y mujeres en España es del  17,1 % y en América Latina, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, alcanza el 17%.  Más allá de los datos,   los logros y los cambios los consiguen  mujeres anónimas, como las  ecuatorianas que por algún motivo dejaron su país  y que  luchan día a día por una mejor calidad de vida. Ecuatorianas de cuatro generaciones dan  testimonio de  su crecimiento profesional y personal desde que llegaron a España, en el Día de la Mujer.

Testimonio

‘Tengo suerte de vivir este tiempo’
Daniela Martínez /  Ecuatoriana, 23 años. Vive en Madrid desde hace 10 años  y estudia Empresariales.

Daniela, como muchas mujeres de su generación, valora   los logros femeninos de los últimos años. “Me gusta ser mujer y creo que tengo suerte por vivir este tiempo. Sé que a lo largo de la historia muchas mujeres han dado su vida por conseguir más derechos y es justo que se dedique un día para que las ideas de esas mujeres se mantengan en el tiempo”, dice a sus 23 años esta compatriota. Cree que la educación es fundamental para erradicar el machismo, “los españoles son más abiertos, por lo que aquí es más fácil que la mujer amplíe sus horizontes.

Por ejemplo,  la mayoría de mis compañeras del Colegio Manuela Cañizares en Quito ya tienen hijos y han dejado los estudios… creo que el ámbito social tiene mucho que ver con eso,  aquí la mujer es más independiente y eso es bueno”, añade. Daniela llegó a España hace 10 años, estudia Empresariales y mira su futuro con optimismo. No duda en indicar que su plan es regresar a Ecuador para aplicar toda lo aprendido. “En unos años me veo trabajando en Ecuador, ya sea en un banco o empresa que tenga que ver con lo mío…, siempre es mejor estar en tu tierra”, concluye.

Testimonio

‘He cumplido mis metas aquí’
Janet González  /  Ecuatoriana, 46 años, vive en España 10 años. Es auxiliar de ayuda a domicilio.

Esta ecuatoriana llamada Janet González se vino a vivir a España hace 10 años, junto a su marido. Ella es una de las  246 292 mujeres de origen ecuatoriano que viven en la Península Ibérica y que, según el InstitutoNacional  de Estadísticas,  constituyen el 51,4 % del total de ecuatorianos residentes en este país. Janet  ya tiene 46 años y a través de su testimonio cuenta a EL COMERCIO del Ecuador  cuál ha sido su  experiencia como mujer, madre y trabajadora inmigrante. “Vine a España embarazada de dos meses y al principio fue bastante difícil, pues pasamos de vivir en la capital de un país a un pequeño pueblo en Toledo y hasta conseguir los papeles el trabajo siempre era complicado. Después las cosas fueron mejorando. Pienso que he cumplido varias metas aquí”. Dice que el anhelo de la pareja siempre “ha sido regresar a Ecuador y tratamos de inculcar esa idea a nuestro hijo”, añade esta quiteña que en su ciudad trabajaba como auxiliar de Contabilidad y en Madrid es auxiliar de ayuda a domicilio. “Para las mujeres ha sido muy difícil conseguir un sitio en la sociedad y seguimos en esa lucha”, concluye.

Testimonio

‘El valor que te da la experiencia’
Margarita Landázuri /  Ecuatoriana, 65 años. Es niñera y voluntaria en algunas asociaciones

Hace 12 años Margarita Landázuri llegó a España para visitar a sus hermanos. “Acompañé a una amiga a buscar trabajo y buscaban una persona mayor.  Yo era  jubilada y el sueldo era bueno, por lo que decidí quedarme”, cuenta esta ibarreña de 65 años, que fue secretaria en el Banco de Fomento de Ecuador. “Antiguamente cosas tan simples como la independencia financiera estaban negadas, ahora las cosas son diferentes, pues aparte de ser la base de la familia podemos hacer muchas cosas”.  Margarita  califica de positiva la experiencia de emigrar. 

“Aunque no podemos olvidar que es difícil, una mujer que emigra conoce una nueva cultura y esto puede hacer que se  cuestionen  cosas que en muchos casos, en su propio perjuicio, las tenía asumidas en su país. Esta experiencia le permite  afianzarse en sus derechos como persona y como mujer, repercutiendo en su mayor independencia y autoestima”, añade Landázuri. “Yo estoy cumpliendo metas tanto en el campo espiritual  como en el económico”, apunta esta madre y abuela que trabaja como niñera y colabora en varias asociaciones.

Testimonio

‘Sé que volver será más difícil’
Eva Silva/  Ecuatoriana, tiene 55 años.  Actualmente está en el paro y piensa regresar a  Ecuador

El caso de la quiteña Eva Silva es diferente. El desempleo y la soledad le han afectado mucho y ha decidido volver a su país.  La compatriota forma parte de  las 226 766 mujeres extranjeras que están registradas en las listas del paro a febrero de 2010. De acuerdo con el Instituto de Nacional de Estadísticas, de ellas , 30 849 son menores de 25 años.

El paro femenino en este colectivo supone el 38 % del total. Eva  trabajaba en un supermercado, pero cayó en el paro hace más de un año. “Soy consciente de que será más difícil allí, pues con 55 años no es fácil conseguir trabajo, sobre todo  en Ecuador.

Lo que pasa es que sin trabajar siento mucho más la soledad. Me hubiese gustado jubilarme aquí, pero no ha sido posible.  De todas formas, mi experiencia ha sido bonita pues este país me abrió las puertas en su momento, ahora estoy contenta porque estaré con mis hijos y nietos”, relata. Pese a los problemas, cree que “las inmigrantes ecuatorianas tienen mucho empuje y que haya un día para la mujer tiene mucho significado, pues recuerda que somos importantes para el desarrollo”. concluye.

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