Los familiares de la mujer, encontrada sin vida en Quitumbe, decidieron que sus restos sean sepultados en el Cementerio de San Diego. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Su vida fue veloz. Se casó por primera vez cuando cumplió 14 años, tuvo cinco hijos. Y a sus 29 años murió. Fernanda T., de 29 años, fue encontrada la mañana de ayer, martes 17 de noviembre del 2015, tras haber permanecido nueve días desaparecida.
A las 07:00 de hoy, 18 de noviembre, su madre y su esposo acudieron a Medicina Legal a retirar los restos y pidieron a las autoridades que se investigara el caso.
Su madre la buscó por calles, casas y quebradas. Salía de su casa a las 07:00 y regresaba a las 23:00. Pegó 400 afiches en postes, tiendas y Unidades de Policía Comunitaria. Su búsqueda concluyó ayer: encontró el cuerpo de su hija en estado de putrefacción, en Quitumbe, en el sur, luego de que la Policía reportara el hallazgo de un cadáver.
En la morgue, los familiares no dejaban de llorar. Sonaba el teléfono y la madre se negaba a contestar. No quería hablar con nadie ni dar explicaciones. “Ahora, al menos sé dónde está y puedo enterrarla”, dice desmoronada.
Fernanda tenía cinco hijos. Cuatro de su primer matrimonio. La primera tiene 13 años; la segunda, 11; los terceros, gemelos, cumplieron 7. Su última hija es de su segundo matrimonio y tiene 2 años y medio.
Los cuatro primeros niños permanecen con los padres de su primer esposo; la última se quedará con Víctor Jácome, de 24 años, su segundo esposo.
Él está destrozado. Habla de su esposa y no puede controlar el llanto. Su hija menor se llama Maité y era muy pegada a su mamá. Todos los días, a las 07:00, la dejaba en una guardería en Guajaló y a las 15:00 la retiraba.
Fernanda tenía un taller, en donde enseñaba a pintar cerámica. Incluso trabajaba en el Centro de Desarrollo Comunitario, dictaba clases de pintura.
Víctor cuenta que el estado de descomposición del cuerpo de su amada es tan avanzado que probablemente no la velen. La mujer será enterrada en el Cementerio de San Diego, en el sur de la capital.
William C., amigo de la familia, dice que hay un sospechoso y pide a las autoridades que investiguen el caso y que la muerte de Fernanda no quede en la impunidad.