“Cuando llegué me dijeron felicidades, eres la estafada número nueve”, recuerda Mariuxi Echeverría, una de las víctimas de Olena Vahurak, la ucraniana que estafó 30 000 euros a 22 familias inmigrantes, el 27 de julio.
Un anuncio en Internet ofrecía, a un precio inmejorable, un pequeño chalé adosado en Arrayanes 114, sector Vía Carpetana, fue el cebo que atrajo a las víctimas de esta presunta estafadora que, según los afectados, ya tenía dos denuncias previas por este delito. Echeverría forma parte de una de las seis familias ecuatorianas perjudicadas, entre las que hay personas de Perú, Colombia, Bolivia, Rumanía y Ucrania.
“Ella siempre fue una persona muy agradable, muy buena. Incluso llegó a ofrecerse para conseguirle trabajo a mi hermano”, comenta esta guayaquileña de 27 años.
Hay denuncia y demanda
Alina, rumana de 22 años, es otra de las estafadas. Ella perdió 1 300 euros, por un mes de arriendo y otro de fianza, 650 por cada uno. “Algunas familias pagaron más, otras menos, pero las sumas van desde los 800 hasta los
2 100 euros”, comenta.
Los afectados, que se conocieron el sábado 27 de julio, cuando llegaron hasta las puertas del inmueble, citados por Vahurak, para la mudanza, presentaron una denuncia en la comisaría de Aluche.
Los días posteriores se turnaron para hacer guardia en y encontrar una pista de Vahurak. También han llevado a trámite su denuncia, el 29 de julio, en los Juzgados de Plaza de Castilla. “No tenemos abogado, todo lo hacemos nosotros”, comenta Echeverría, que en el momento de la estafa no tenía empleo.
Punto de vista
‘Puede ser un juicio de oficio’
Belén Pablos / Ab. del Centro Hispano Ecuatoriano.
“Si el caso se lleva por lo civil se conseguiría la devolución del dinero para los afectados y una multa para la presunta estafadora. Si es penal y como hay demandas anteriores, que es el caso de Vahurak, será un juicio de oficio. Las familias deben organizar su demanda. Como son varias personas será complicado que se les otorgue un abogado de oficio”.