Teherán. Reuters
Cinco personas murieron en Teherán ayer cuando manifestantes pro-reformistas se enfrentaron con fuerzas de seguridad, dijo la televisión estatal de Irán, en el peor brote de violencia desde que la disputada elección de junio provocó turbulencia política.
Sitios de Internet opositores dijeron, en tanto, que ocho personas habían muerto, ayer, durante los enfrentamientos, cuando decenas de miles se manifestaron en Irán, durante un festival religioso chiita musulmán.
Un sobrino del líder opositor Mirhossein Mousavi está entre los fallecidos. La televisión estatal dijo que “agresores desconocidos” asesinaron a Ali Habibi Mousevi. El sitio web Jaras informó inicialmente que la Policía disparó y mató a cuatro manifestantes en el centro de Teherán.
La televisión estatal desestimó los reportes de la prensa extranjera señalando que las fuerzas de seguridad mataron a los protestantes, y señaló que la Policía disparó al aire para dispersar a los manifestantes.
Más de 300 personas fueron arrestadas en Teherán. “Decenas de oficiales de policía han sido heridos, incluyendo al jefe de policía”, dijo Ahmadreza Radan, subdirector de la Policía de Irán.
“Una persona cayó desde un puente, dos murieron en accidentes automovilísticos y una murió a causa de un disparo, pero no a manos de la Policía”.
Jaras reportó que para la tarde de ayer, los seguidores de Mousavi en Teherán marchaban hacia el hospital donde se encuentra el cadáver del sobrino del líder. Las protestas se extendieron a otras regiones de Irán, incluyendo la ciudad sagrada de Qom.
Adicionalmente, se produjeron enfrentamientos en Shiraz, Isfahan, Najafabad, Mashhad y Babol, reportó el sitio, aunque la información no pudo ser verificada de forma independiente. Estas muertes serían las primeras reportadas en protestas callejeras desde la generalizada violencia ocurrida tras la votación de junio, en la que la oposición dice que murieron más de 70 personas.
En ese entonces, las autoridades estimaron la cifra de muertos en cerca de la mitad de ese número, incluyendo milicianos a favor del Gobierno. “Mataremos a quienes mataron a nuestros hermanos”, decían los reclamantes.
Las autoridades habían advertido a la oposición de usar los dos días de las festividades musulmanes chiitas Tasoua y Ashura el 26 y 27 de diciembre, para reanudar las protestas contra la clase clerical. “La nación iraní ha mostrado tolerancia hasta ahora, pero deben saber que la (…) paciencia del sistema tiene un límite”, dijo Mojtaba Zolnour, un representante del supremo líder Ayatolá Ali Khamenei en los Guardias Revolucionarios.
Fars expresó que los partidarios del líder opositor Mousavi “siguieron el llamado de medios extranjeros” y se tomaron las calles. La información hacía referencia a la posición del Gobierno, que asegura que los disturbios son provocados por extranjeros que se oponen a la República islámica.
Los medios internacionales tienen prohibido cubrir directamente las protestas de la oposición desde la disputada elección presidencial iraní.
Iraq: fiesta del Ashura violenta
Cuatro peregrinos chiitas murieron y otros 19 quedaron heridos ayer al norte de Iraq en un atentado con bomba contra una procesión con motivo del duelo chiita del Ashura, según la Policía. La misma fuente indicó que la explosión se registró en Touz Kurmatou, localidad turcomana a 175 kilómetros al norte de Bagdad.
Desde el martes, 32 personas han resultado muertas y 164 heridas en ataques contra cortejos de preparación del Ashura.
Una bomba estalló en la ciudad antigua de Kerbala, dejando un muerto y 20 heridos, a pesar de las estrictas medidas de seguridad instaladas en esta ciudad donde se reunieron ayer cientos de miles de fieles chiitas.
El Ashura conmemora la muerte de Hussein, nieto de Mahoma, hijo de Alí, muerto en 680 por las tropas del califa omeya Yazid en la batalla de Kerbala, en un conflicto por el liderazgo de los musulmanes, 48 años después de la muerte del fundador del islam.
Peregrinos del mundo entero viajan a Iraq cada año para participar del Ashura. En esta ocasión 105 000 extranjeros viajaron desde Pakistán, los países del Golfo, Irán, Canadá o Tanzania. En 10 días de ceremonias que culminaron ayer, unas seis millones de personas en total visitaron la ciudad santa, precisó Jassem.
La Policía y el Ejército iraquí desplegaron 25 000 uniformados para impedir ataques de extremistas sunitas que en el pasado ensangrentaron las ceremonias, insistió por su parte el jefe de la Policía de la ciudad, el general Alí Jassem Mohamed.