A las 09:00, un vehículo de Medicina Legal sacó el cadáver de uno de los detenidos desde Turi. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
La muerte del principal investigado por el crimen de la pequeña Emilia desató una serie de interrogantes. En Loja, la gente preguntó ¿por qué no se adoptaron las seguridades para precautelar la vida de José Nero?, ¿qué sabía él?, ¿nadie se percató de lo que sucedía?
Él y otros dos detenidos llegaron a la cárcel de Turi, en Cuenca, a las 05:30 del jueves, 21 de diciembre del 2017, y a las 06:15 se conoció el primer reporte de que el cuerpo fue hallado sin signos vitales.
El traslado de Loja a Turi comenzó a la medianoche del miércoles, después de que se conociera un informe de riesgos. La idea era evitar que los tres procesados sean agredidos por internos de Loja. En un video, que fuera filtrado en redes sociales, se observa cómo los detenidos esperaban a los sospechosos. Unos tenían palos y otros decían que terminarían con la vida de los tres.
A media mañana, la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, habló en su despacho, de Quito. Con base en los datos recabados hasta ese momento dijo que se trataría de un posible suicidio, perpetrado con una de sus prendas de vestir.
Insistió en que para dar un informe final es necesario tener el informe escrito del especialista que trabajó en el tema.
Nero no estaba solo en la celda, pues se encontraba encerrado con el hombre y la mujer, también procesados por el asesinato de Emilia.
Entonces, a Alvarado se le planteó varias preguntas.
¿Por qué las tres personas estaban en una sola celda?
En una celda provisional.
¿Por qué los otros dos presos no alertaron del suceso?
Dicen que se durmieron.
¿No era necesario que estén con esposas?
Estaban sin esposas, porque así se hace difícil descansar.
El presidente Lenín Moreno pidió a Alvarado y al ministro del Interior, César Navas, que profundicen en las investigaciones. “Hay que ver bien si es que no le dieron suicidando. No se olviden que él pertenecía a una organización delictiva, que a lo mejor no le interesa para nada tener un delator”.
La Fiscalía precisamente abrió investigaciones por una posible trata de personas, a más de violación y asesinato.
El gobernador de Loja, Eduardo Jaramillo, advierte que la vinculación con estos delitos se fundamentó en las fotografías y en los videos que fueron recuperados en el momento de los allanamientos.
Ahora, ese material es parte de las investigaciones. “Se sigue con allanamientos y la búsqueda del resto de la organización delictiva”.
Lo que ahora espera la ministra Alvarado es que las investigaciones lleven a conocer qué personas más intervinieron en este acto y qué otros sospechosos pueden existir.
De llegar a comprobarse que hubo trata de personas, los dos procesados que quedan podrían recibir condenas de hasta 26 años. La violación (con muerte de la víctima) y el asesinato tienen la misma pena.
El Código Penal (art. 55) faculta la acumulación de penas por hasta 40 años.
Las autoridades judiciales han dicho que se recabarán todas las pruebas necesarias para esclarecer lo sucedido.
Por ahora, la familia y Loja despedirán a Emilia. El jueves ya recibieron el cuerpo que se encontraba en el Centro Forense.
De allí, el féretro color blanco fue trasladado hasta el Colegio Mariana de Jesús, para su velatorio. Allí se levanta una capilla ardiente.
Decenas de ramos de flores blancas componen el altar, que además está cubierto con telones del mismo color y una fotografía grande de Emilia.
En ese espacio descansa el féretro con los restos de la niña. Su cuerpo destrozado e incinerado había sido arrojado cerca a una quebrada.
Emilia será despedida el viernes a las 13:30 desde la Catedral de Loja. Allí, el obispo Alfredo Espinosa presidirá la última misa de cuerpo presente para luego darle sepultura.