Cynthia Yerovi A.
Ahora en cualquier calle o barrio de Quito suceden asaltos, secuestros exprés que uno solo veía por televisión; pero no, ahora sucede en la puerta de nuestras casas.
¿La hora? Cualquier hora del día, preferible cuando se acerca la noche porque así los secuestradores tienen doble oportunidad de robar a las víctimas, los llevan a los cajeros para sacar el cupo de ese día y la segunda visita al cajero es después de la medianoche cuando el cupo del nuevo día está disponible…
Es que los ladrones son tan bien organizados e “inteligentes” que nos están ganando a las personas honradas, honestas y trabajadoras.
¿Qué pasa con la seguridad y con las instituciones que nos deben cuidar y proteger? Es que solo están a disposición de altos funcionarios del Gobierno… que sirven para detener el tráfico y gritar al pobre peatón o auto que por mala suerte cruzaba por la calle en el momento que la autoridad circula.
Es inverosímil que para cuidar a una persona se disponga de por lo menos siete vehículos entre motos y carros blindados (si el número de vehículos multiplicamos por dos personas tenemos que por lo menos 14 personas están “cuidando” su seguridad), se gastan millones de dólares comprando helicópteros inútiles ¿para qué?
¿Para una “guerra” soñada por quién, para qué? Cuando en las calles de Quito y de todo el país lo que falta son recursos y personal que brinde seguridad y tranquilad.
O talvez lo que falta es un proceso y un orden judicial que brinde seguridad por igual para todos y no “seguridad” para un grupo político que hoy está en el poder; como sabemos el poder no es eterno… y mañana los que tienen siete carros para cuidar su “seguridad” deberán caminar por estas calles que están dejando sembradas de miedo y delincuencia organizada.