Las paradas del Corredor Sur Occidental lucen abarrotadas en horas pico, lo cual genera molestia en los usuarios. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Uno de los retos de la actual administración municipal está en lograr un transporte público de calidad para que el auto se quede en casa. El alcalde Mauricio Rodas, que cumplirá el domingo dos años al frente del Cabildo, impulsa las obras para la construcción del Metro como eje de este propósito, pero aún existen algunas críticas a esta idea.
Roque Sevilla, exalcalde de Quito, considera que, lastimosamente, el Metro se consolidaría en cinco años aproximadamente y resulta demasiado costoso para el Distrito.
Sevilla no está de acuerdo con la construcción del Metro porque es partidario de soluciones más inmediatas, algunas de las cuales se están ejecutando de forma paralela.
La repotenciación del Trolebús, de la Ecovía y demás corredores metropolitanos son algunas de estas obras que forman parte del plan para dotar a Quito de un servicio integrado de transporte masivo.
“Caminan lentamente porque se ha invertido gran esfuerzo en el Metro, que se ha constituido en un agujero que traga mucho dinero y genera molestias”, mencionó.
Sevilla cuestionó puntualmente la construcción del Metro ya que, por ejemplo, no se prevé una parada en La Marín, que es el lugar donde se aglutinan las personas de los diferentes sectores de la urbe. Se suma la distancia de las paradas (1,7 kilómetros) y los buses que trasladarán a las personas hacia las estaciones del Metro. “Eso no es factible”, consideró.
En cambio, dice que una solución viable es la extensión del Trolebús. Otra opción es trabajar de forma sostenida con el proyecto de los Quito Cables, ya que se debe apostar por ofrecer transporte a lugares que no tienen cobertura.
Mario Villagómez, catedrático universitario y experto en temas de movilidad, también tiene reparos al Metro. Según él, se trata de un sistema que beneficiará a un 12% de la población y es demasiado costoso, por lo que recomienda acciones prácticas.
“Es necesario reorganizar toda la ruta de buses convencionales, ver los nuevos patrones de movimiento. Es decir, se deben optimizar las rutas de transporte. También se debe invertir más en carriles exclusivos para la extensión del Trolebús y otros sistemas”.
La duda para Villagómez también está en la falta de un transporte alternativo y la eliminación del pico y placa. “La medida es un fracaso porque no hay un estudio que demuestre que ha mejorado” el tránsito con la restricción de circulación de automóviles por el último número de las placas.
Pese a que las obras no se han consolidado o están en camino, hay un esfuerzo para mejorar la movilidad. Así lo califica Eduardo del Pozo, concejal de Creo. Para él, estas obras impulsan la movilidad y serán un aporte “vital” para que la situación del tránsito mejore.
Otros de los inconvenientes en las vías de la capital es el transporte público. En dos años de gestión, la situación de los buses se mantiene: las carreras entre vehículos, la atención inadecuada, el irrespeto a las paradas establecidas.
Jéssica Jaramillo, integrante de la Veeduría Ciudadana, explicó que el modelo de gestión de movilidad aún es insuficiente. “El tráfico, un servicio de transporte público de mala calidad y la contaminación son parte del cuadro que no nos permite vivir con dignidad”. Ella recomienda analizar nuevamente el mecanismo de compensaciones a los conductores, ya que no hay “resultados positivos” para los usuarios del sistema.
Obras a futuro
El trabajo en materia de movilidad es sostenido, según el alcalde Rodas, que defiende el plan integral y que anuncia, entre otros puntos, la inminente llegada de los nuevos buses articulados, que en total serán 80 para repotenciar el sistema en la vía del Trolebús.
Son unidades con capacidad para 250 pasajeros, las primeras de su tipo en operar en el país, y se aspira a descongestionar las paradas, las cuales también están en proceso de renovación integral.
Otra de las acciones que se vienen a futuro es la consolidación de la caja común en el sistema de transporte. Rodas señaló que en los próximos meses habrá un salto a un sistema de cobro con tarjeta inteligente. Se lo hará con una alianza público privada. “Ya hay un esquema para que el año que viene esté operativo. Así se ampliarán las rutas y se llegará a más personas”.
Otra de las obras que mencionó y que varios analistas apoyan es la construcción de los Quito Cables, que es una de las obras esenciales para la Municipalidad. “Es un sistema rápido, amigable, que busca llevar transporte a barrios alejados como Pisulí”, dijo Rodas, que espera con esto atender una exigencia de los usuarios que pedían transporte de este a oeste de la ciudad.
Al momento, la obra está en fase de revisión de estudios. Estos están a cargo de la Politécnica Nacional, que incluye datos de ingeniería detallada.
Según Darío Tapia, secretario de Movilidad, la obra beneficiará a 200 000 personas. Al momento, el tiempo de traslado entre la Pisulí y La Ofelia es de una hora y media. Con los Quito Cables se trasladarían en 20 minutos. La difusión ya se realizó en varios sectores involucrados.
En contexto
La movilidad es uno de los temas fundamentales para el desarrollo de la ciudad, por lo que es necesario que la Municipalidad tenga una hoja de ruta clara. El objetivo de la administración actual es dar un salto de una movilidad caótica a una que priorice al peatón.
Lo que se hizo
Mayo 2015
El Alcalde anunció la construcción de los Quito Cables, uno en La Argelia (sur)y otro en Pisulí (norte). Este último tiene los estudios casi listos.
Julio 2015
Se inició la construcción del intercambiador de Carapungo, el cual ya está avanzado en un 65%. Otro intercambiador se construye en De los Granados.
Octubre 2015
La contratación de la fase dos del Metro (túnel y 13 paradas) luego del pronunciamiento de no objeción de los organismos multilaterales de crédito.
Octubre 2015
Se anunció la llegada de 80 biarticulados, por lo que se hizo la adecuación de las 44 paradas. Estas medirán 50 metros de largo y tendrán ocho accesos.