El presidente Lenín Moreno junto a la ministra de Salud Verónica Espinosa visitó el centro de salud Ciudad Victoria, en Guayaquil. Foto: Twitter Secom
La nueva infraestructura del centro de salud Ciudad Victoria resalta en medio de un paisaje montañoso. Se levanta al pie de una vía -a ratos asfaltada y a ratos pedregosa-, que conecta a varias cooperativas populares del noroeste de Guayaquil, que también son parte del gran sector conocido como Monte Sinaí.
Ese fue el sitio escogido por el presidente Lenín Moreno para arrancar su agenda por los 198 años de independencia del Puerto Principal, que se celebran este martes 9 de octubre del 2018. El centro de salud se empezó a construir en el 2012 junto a las ciudadelas que edificó el anterior Régimen para reubicar a cientos de familias que fueron desalojadas.
“Tiene mejores servicios que muchos hospitales privados”, dijo Moreno del centro de tipología C, que costó USD 5 027 020,39. Incluso bromeó al mencionar que entre los primeros pacientes estarían algunos de los ministros que lo acompañaban. “Aquí hay ministros que de ahora tarde no pasan si es que no se hacen atender”.
En su discurso el Mandatario recordó que desde la semana pasada visita Guayaquil e hizo un resumen de sus actividades, que incluyeron la firma de contratos petroleros y el acuerdo para la construcción del quinto puente. En la tarde, dijo, hará más anuncios.
En cuanto a infraestructura, Moreno pidió a los Ministerios de Salud y Educación la construcción de centenares de centros médicos y escuelas, distribuidos en las comunidades, “pequeños pero muy funcionales”, acotó. Solo durante el 2018 aseguró que han invertido en Guayas aproximadamente USD 500 millones en hospitales, centros de salud, equipamiento en salud y personal sanitario.
Dijo que su Gobierno se centra en la obra social y no en “megaobras”. Además criticó a “una persona de importancia internacional” que duda que sea socialista. “No soy socialista si los socialistas matan, si los socialistas alcahuetean crímenes, si secuestran, si son intolerantes, si no respetan la libertad de expresión ni los derechos humanos. Que me saquen de la lista”.
Ciudad Victoria -donde comenzó a operar el nuevo centro médico- y sus cooperativas aledañas se conformaron hace casi 10 años. Surgieron con asentamientos urbanos irregulares, en medio del drama de los desalojos, y aún esperan la legalización.
Sus paredes, por estos días, están marcadas con propaganda política. También sobreviven los carteles del anterior Régimen, que ofrecían la lucha contra los traficantes de tierras.
Mercedes García vive en Ciudad Victoria hace seis años. Recordó que antes de la inauguración del centro de salud tenían que caminar por horas en busca de atención médica. Según el Ministerio de Salud, el sector antes solo era cubierto por siete centros básicos tipo A, lo cual limitaba los servicios a los pacientes.
“El cambio es notable (…). Pero señor Presidente también necesitamos que nos ayuden con las escrituras”, reclamó García. Ella contó que cancela USD 15 al mes por su casa más USD 10 por una especie de alícuota. “Pero no tenemos papeles. Si en algún momento nos sacan, nos quedamos sin nada”.
Ese pedido lo repitieron los habitantes de la cooperativa Renacer de Dios, otro de los barrios que espera legalizarse. Carlos Herrera aseguró que son cerca de 300 familias, que están levantando información para pedir un proceso de titularización ante el Municipio y el Gobierno.
“Hace una semana llegaron policías y militares a recordarnos que esta es una zona protegida. Tampoco podemos arreglar nuestras casitas de caña porque no dejan entrar material de construcción. Nos sentimos inseguros”, dijo Rosa Castro, parte de los habitantes.
El centro de tipología C tiene proyectado atender a 75 000 habitantes de las cooperativas Ciudad Victoria 1 y 2, Ciudad Perdida, La Karolina, Regalo de Dios, Tierra Nueva, Flor de Bastión y El Triunfo.
Javier Orellana, administrador del lugar, explicó que cuentan con 21 servicios y que darán atención a emergencias las 24 horas. Su fuerte es la atención en ginecología y obstetricia. Para este año tiene previsto dar atención a 707 embarazadas.
Verónica Espinosa, ministra de Salud, recordó que la obra comenzó en el 2012. “Es una obra tan necesaria pero represada, lastimosamente, por cuatro años”, dijo.
Casi al final de su discurso, el presidente Lenín Moreno hizo una pausa para saborear el jugo de tamarindo que sirvieron a las autoridades. “¿Hay jugo para todos?”, preguntó el mandatario. “No -respondieron desde el público-. Ni agua hay”, dijeron algunos moradores del sitio.