La Paz. AFP y ANSA
El presidente Evo Morales es amplio favorito para vencer en la elección de mañana en Bolivia. Por tal razón, su apuesta es lograr la mayoría absoluta en el Congreso y obtener un porcentaje de votos que barra a la oposición, a la que atacó durante la campaña.
Los sondeos coinciden en que el Mandatario indígena tendrá un 55% de los votos contra un 18% del ex militar derechista Manfred Reyes Villa y un 10% del empresario centrista Samuel Doria Medina. Para esta elección están convocados 5,1 millones de votantes.
Con tan poca incertidumbre en la presidencial del país más pobre de Sudamérica, la atención se desplazó a la elección parlamentaria, donde el gobierno de Morales ha enfilado baterías para asegurar el control de la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional.
Es en el Senado donde está el gran juego: el Gobierno quiere asegurar dos tercios de los 36 senadores, lo que le permitiría hacer cambios a la Constitución -y en particular habilitar nuevas reelecciones presidenciales- sin necesidad de pactar con la oposición. Hasta ahora, según sondeos del MAS, partido de Morales, está cerca de hacerse con esos 2/3.
Morales inició su Presidencia en 2006, con un Senado con mayoría opositora. Eso generó problemas de gobernabilidad. Hoy quiere un control total del poder.
Hasta el jueves, último día de campaña, Morales era omnipresente. Aparecía en actos desde la primera hora de la mañana hasta la noche, en una frenética búsqueda de votos por todo el país. Y presentaba un discurso intolerante frente a sus opositores, especialmente Reyes Villa.
Reyes Villa tiene un proceso por presunta malversación cuando fue prefecto del departamento de Cochabamba. Por eso, la Justicia le prohibió salir del país en noviembre. Esta medida fue polémica, pues le ha impedido hacer campaña en el exterior.
Esta semana que concluye, la ofensiva contra ese candidato se acentuó. Morales dijo el martes que modificaría las leyes para llevar al ‘delincuente’ Reyes Villa a la cárcel. Este jueves, el gobierno de Morales acusó a Reyes de haber comprado un pasaje para fugarse el lunes hacia Miami.
Finalmente, el Gobierno apareció ayer con una acusación. Según esta, Reyes Villa habría ofrecido USD 150 000 a un interlocutor no identificado para inflar sus resultados electorales.
“Esto es amedrentamiento y persecución que hace el Gobierno a toda la oposición. ¿Adónde estamos yendo, a un totalitarismo?”, dijo Guillermo Paz, candidato derechista al Congreso.
Morales, quien enfrentó una resistencia que casi lleva a una guerra civil en 2008, derrotó desde entonces a la oposición. Esta fuerza está concentrada en Santa Cruz, la región más rica del país.
Sobre la elección de mañana, el ex presidente Carlos Mesa, un reputado intelectual, señala que “aún los más férreos críticos del régimen asumen que es un triunfo cantado” para Morales.
“Su fuerza es ya en Bolivia una mezcla de símbolo y mito, pero lo es también para una comunidad internacional embobada con la idea de que a un país de indígenas le corresponde un presidente indígena, olvidando que el país tiene otra mitad no indígena”.