Según los moradores del sector, la vía no ha sido intervenida desde 1999. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La vía al Antisana, de 5,5 kilómetros de longitud, se ubica en la parroquia de Píntag y conecta a los barrios de San Alfonso, Verdepamba y El Chorro con el control pétreo de las minas que funcionan en el sector.
Esa carretera tiene más de 20 años de existencia y se encuentra en malas condiciones. La última vez que se intervino allí fue en 1999. En la actualidad, hay cientos de baches cuya profundidad alcanzan los 10 centímetros. Otros tienen hasta un metro de diámetro y los carros se movilizan con dificultad. Los bordes de la ruta están carcomidos. Las cunetas están rotas, con tierra y maleza.
Los camiones y vehículos livianos circulan en zigzag para evitar los huecos. En algunos tramos, los automotores pesados pasan por encima de las cunetas para evitar los baches.
Este Diario recorrió esa zona la mañana de este martes 19 de febrero del 2019. Los moradores piden que la vía sea repavimentada. Los choferes de los volquetes aseguran que, por el mal estado de la calzada, se estropean los amortiguadores, las suspensiones, llantas y hasta los chasis.
Manuel Chauca vive junto a la vía al Antisana con su familia. Asegura que los trabajos de bacheo se hacen cada tres meses aproximadamente, pero duran poco tiempo, máximo 30 días. Con las lluvias, el problema se agudiza y los hoyos tienden a agrandarse.
“Todos los años sufrimos con este problema”, manifestó Chauca.
Para la vecina Martha Jayo, el sector es peligroso porque allí hay niños pequeños, quienes corren el riesgo de caer en los baches.
María Catagña opina que la carretera ha sido olvidada. Junto a otros moradores, ella pide a las autoridades del GAD parroquial de Píntag que intervenga que forma urgente, pues la ruta va más de 10 años en malas condiciones.
Gabriel Noroña es presidente del GAD de Píntag. Asegura que las competencias para rehabilitar la vía al Antisana están en manos del Consejo Provincial de Pichincha. En ese sentido se levantó un estudio de mejoramiento vial y el costo de los trabajos alcanzan el USD 1 millón.
“El Gobierno parroquial no puede invertir recursos públicos para mejorar esa vía. Tal es así que, hace un año, pedimos la competencia a la Prefectura para hacer una inversión directa”, manifestó Noroña. Sin embargo -acotó el dirigente- esa institución no ha respondido la solicitud planteada por la Junta Parroquial de Píntag.
En el estudio se contempla la construcción de aceras, cunetas y una nueva capa asfáltica con un espesor de cuatro pulgadas. El Municipio de Quito no tiene competencias para intervenir en esa vía, pues únicamente lo hace en el casco urbano de la parroquia.
Noroña espera que, luego de las elecciones seccionales del 24 de marzo de 2019, el nuevo Prefecto de Pichincha les autorice asumir oficialmente los trabajos en esa vía.