Así lucen los ductos del convento ubicado en el Centro Histórico, mientras los reparan. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO
La orden de las hermanas Carmelitas Descalzas afirma que las afectaciones detectadas en el convento de El Carmen Bajo se deben a la antigüedad de esta construcción, y a la necesidad de cambiar la infraestructura de alcantarillado y agua potable.
En un comunicado, la comunidad religiosa explica que tanto el Instituto Metropolitano de Patrimonio como la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito han realizado inspecciones para corroborar que los trabajos de esta última no afecten la infraestructura de este monasterio, que el próximo 15 de octubre cumplirá 350 años de fundación.
En El Carmen Bajo, cuyo nombre es monasterio del Carmen Moderno de la Santísima Trinidad, Patrimonio realiza al momento “trabajos de consolidación de mamposterías y reforzamiento por el deterioro de la madera de entrepiso que sirve de soporte a esta construcción”, concluye el boletín emitido por la comunidad.