Redacción Política
El presidente Rafael Correa cierra un año complicado. De eso, ni al Gobierno ni a la opinión pública, de la cual forman parte las principales firmas encuestadoras del país, les queda duda.
A pesar de que 2009 fue el año de la consolidación del proyecto político de Alianza País y de una contundente e inédita victoria electoral, queda para el almanaque una serie de sinsabores políticos, económicos y sociales que han terminado por socavar parte del poderoso capital político que Correa y su movimiento amasaron desde su llegada al poder.
Bajo la lupa del análisis, este 2009 puede dividirse en dos semestres. El primero fue el de la victoria en las urnas. Como no había pasado en los últimos 30 años de democracia, Rafael Correa consiguió en abril su reelección inmediata al cargo de Presidente y en primera vuelta. Alianza País, con 57 escaños en la Asamblea Nacional.
El segundo semestre de 2009 la buena estrella cambió para el oficialismo. Tres encuestadores consultados por este Diario: Hugo Barber (Datanálisis), Polibio Córdoba (Cedatos) y Santiago Pérez (SP, Estudios y Análisis) aseguran que el Gobierno ha sufrido un retroceso en cuanto a imagen y credibilidad. Para los dos primeros, el escándalo de los contratos vinculados a Fabricio Correa, hermano del Presidente de la República, ha sido el golpe más duro que ha soportado.
La crisis eléctrica aún lo afecta
A pesar de que el Gobierno sabía, el 15 de octubre, que una crisis eléctrica se avecinaba por el bajo caudal que produjo el estiaje en la central de Paute, no se tomaron las previsiones. Recién el 4 de noviembre, el entonces ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, hizo pública la situación y, tras prometer que no habría apagones, estos se decidieron de un día para el otro. De esta manera, se reeditó en el país uno de los capítulos más cuestionados en el último período democrático. Esta crisis tuvo un mal manejo político: Correa prefirió culpar a la sequía y a la inacción de gobiernos pasados sin reconocer que su administración descuidó el mantenimiento y apoyo del parque de generación térmica de electricidad.
F. Correa se volvió una pesadilla
Sin duda, los contratos que varias empresas vinculadas a Fabricio Correa, hermano del Presidente (izq.), firmaron con el Estado, y que fueron descubiertos por diario Expreso, constituyen el principal golpe que afectó al Gobierno. La crisis se presentó en junio. Para Hugo Barber de Datanálisis, este escándalo se convirtió para Correa en uno de los principales factores de su pérdida de popularidad que, según sus cifras, fue del 70 % a inicios de este año, para terminar en el 42%. Es decir, que en 12 meses perdió 28 puntos. Si bien este caso ha perdido notoriedad en el campo jurídico y de fiscalización, apartir de estas denuncias, Fabricio Correa se ha convertido en el contradictor más polémico y sagaz del Régimen.
Los indígenas rompen el diálogo
La Ley Minera y el debate del proyecto de ley de Aguas fueron un puntos de conflicto entre el Gobierno y el movimiento indígena agrupado en la Conaie, durante el último trimestre. Entre septiembre y octubre, esta organización cerró carreteras y marchó contra el Gobierno. En la protesta falleció Bosco Wizuma, indígena shuar de Morona Santiago, y otras 40 resultaron heridas. El Presidente, que había decidido no negociar bajo presión, tuvo que retroceder y dar paso al establecimiento de mesas de diálogo. Casi tres meses después, los indígenas anunciaron el fracaso de las mesas y la posibilidad de volver a las movilizaciones. El Gobierno ha cuestionado el trasfondo político de estas amenazas
La UNE, de aliada a opositora
Los roces entre el gremio de educadores y el Gobierno aún no terminan. La UNE que antes era una aliada del Mandatario se volvió en un frente crítico. El cambio se dio por las reformas a la Ley Orgánica de Escalafón y Carrera Docente y a la resistencia de los maestros a ser evaluados. La titular de la UNE, Mery Zamora (foto), organizó marchas en varias provincias del país exigiendo el respeto a sus derechos. Las movilizaciones y el paro del Magisterio, cuyo pico máximo alcanzó en octubre, coincidieron con la protesta indígena. Por este hecho, Correa aceptó el diálogo con los docentes. Las mesas con este sector aún no exhiben resultados y la UNE sigue atenta de la agenda educativa que impulsa el Gobierno.
Una disputa con Teleamazonas
El principal blanco de las críticas del Presidente, en este 2009, han sido los medios de comunicación. Y Teleamazonas, el canal que más ha combatido el Gobierno. Este año, el Consejo de Telecomunciones, con la anuencia del Régimen, abrió cuatro procesos contra esta estación. El primero, por difundir imágenes de corridas de toros en horarios no aptos; el segundo por la denuncia de un supuesto centro de cómputo electoral clandestino en Guayaquil. El tercero por el presunto perjuicio a la pesca que ocasionará en la isla Puná la exploración de la petrolera venezolana Pdvsa. Finalmente está la difusión de una conversación del Presidente. Al final del año se determinó el cierre del canal por 72 horas. La medida fue cuestionada.
Las primarias, un dolor de cabeza
Alianza País optó por un sistema inédito para elegir a sus representantes para las votaciones generales de abril pasado. La organización fue a elecciones primarias. Sin embargo, esa intención tuvo más de un tropiezo. Primero fueron parciales, solo se eligieron alcaldes, prefectos y viceprefectos, asambleístas provinciales y a consejeros urbanos y rurales. Los candidatos para asambleístas nacionales fueron elegidos por la directiva nacional de la organización.Luego muchos de los postulantes que perdieron en las primarias demostraron su descontento e, incluso, denunciaron anomalías y privilegios .Entonces, la dirigencia de A. País sancionó a 13 precandidatos que supuestamente habían violentado las normas internas.
Los comités de la polémica
El 10 de agosto, Rafael Correa tomó posesión de su cargo, ante el pueblo, en el estadio Atahualpa de Quito. Allí anunció la radicalización de su proyecto político y la creación de los Comités de Defensa de la Revolución Ciudadana (CDRC). Posteriormente, la jefatura colectiva del movimiento A. País, se comprometió a constituir un millón de estos comités. Varios núcleos se empezaron a formar en las principales ciudades del país. Sin embargo, este proceso no estuvo exento de polémica, pues los principales críticos del Régimen dijeron que con estos comités Correa dará paso a la cubanización de la política ecuatoriana. El Gobierno y el oficialismo lo negaron, y mediáticamente, el tema perdió peso.