Álex Remache especialista en gestión y docente universitario
Redacción Quito
¿Es difícil empezar una nueva administración municipal después de ocho años de una gestión diferente?
No creo que sea un parámetro considerar los ocho años de la anterior administración. Pero tampoco es adecuado decir que todo está empezando de cero.
Entonces ¿por qué los políticos, una vez en el poder, aplican otros modelos?
La tradición política nuestra carece de un proceso de planificación a largo plazo. Esa es una práctica recurrente en nuestro medio. Pero creo que en el Municipio de Quito eso no ocurre.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Docente e investigador de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar. Tiene varios postgrados en políticas públicas.
Su punto de vista. Critica la falta de claridad en el nuevo modelo de gestión de la actual administración.
¿Eso quiere decir que las instituciones se manejan políticamente y no estructural y técnicamente?
Sin duda. Hay un fuerte ingrediente político en el manejo de las instituciones municipales. Pero se espera que en la nueva administración no sea el ingrediente político el que determine el devenir inmediato.
¿Es esa una excusa para que no se vean resultados en los primeros tres meses?
Una evaluación debe ser permanente y sistemática. Está bien que se haga un balance de los 100 días. Pero el tamaño de la ciudad y la magnitud de los problemas no dan lugar para hacer una evaluación típica. Hay señales positivas y también de preocupación.
¿Un candidato a la Alcaldía de Quito no debería hacer un diagnóstico antes de candidatizarse a esa dignidad?
Recordemos que el actual Alcalde fue concejal de la anterior administración (Paco Moncayo). Seguramente en ese tiempo apoyó los proyectos y ahora, al parecer, andan diciendo que todo está mal. Es contradictorio.
¿Es una excusa fácil echarle la culpa a las anteriores administraciones?
Es lo más fácil. Pero no pueden excusarse en eso.
En el caso del actual Alcalde de Quito ¿afecta o beneficia ser del mismo partido que el Presidente?
Por los dos lados. Al ser amigo va tener un diálogo fluido. Por ejemplo, hay proyectos grandes como el del metro que se deberá trabajar en conjunto con el Gobierno. Pero, por otro lado, esa misma confianza bien podría dar lugar a no tener una fiscalización permanente y una rendición de cuentas de cara a la gente.
Moncayo basó su administración en corporaciones y empresas, ahora Barrera quiere centralizar, ¿son dos modelos distintos?
No está claro todavía el modelo de Barrera. Está haciendo esfuerzos por configurar su modelo y está emulando experiencias exitosas.El modelo anterior fue exitoso por algunos resultados.