Andres Roche, gerente general de la ATM observa un scooter medio de transporte que llega a Guayaquil. Foto: Twitter ATM Guayaquil.
La compañía ecuatoriana iLemental, aliada con la chilena Hop Scooter, inició en septiembre las pruebas del servicio de alquiler de monopatines eléctricos o ‘scooters’ en Guayaquil, a través de la aplicación HoP Scooter.
Ante la llegada a la ciudad del sistema de transporte que se ha convertido en una tendencia a nivel mundial, el Municipio de Guayaquil informó que está trabajando en una ordenanza que incluirá la normativa correspondiente para regular su utilización en la ciudad.
Los usuarios deben ser mayores de edad y tener licencia de conducir, informó en un comunicado Orlando Murillo, jefe de comunicación de la Agencia de Tránsito Municipal (ATM). Pero según la firma iLemental la recomendación mundial a los municipios es regular la circulación legal de scooters eléctricos y bicicletas eléctricas de baja velocidad como bicicletas y no como vehículos a motor, “por lo que no se necesita licencia ni seguro”.
Según las consideraciones de la ATM los operadores deberán compartir la data de movilidad y base de datos con el Municipio y el servicio de alquiler de monopatines eléctricos deberá contar con un seguro de accidente para el usuario y terceros.
Al Cabildo también le preocupa que los usuarios no abandonen los vehículos en cualquier lugar y que se respeten unas áreas de estacionamiento asignadas por la Empresa Publica Municipal de Transito de Guayaquil. La velocidad máxima será de 30 kilómetros por hora en las zonas autorizadas por la autoridad.
La estandarización a escala mundial es que los ‘scooters’ puedan circular de forma segura por las ciclovías, junto a las bicicletas. Pero Guayaquil lleva más de una década sin poder consolidar un circuito de ciclovías que garantice el uso y disfrute de esta alternativa de movilidad sostenible.
Los tramos de cicloruta en el centro de la ciudad están desconectados y son usados a menudo como zonas de parqueo de motos y autos. El tramo de ciclovía de la calle Junín, entre Cordova y Boyacá, en el centro, se extiende solo por tres cuadras (600 metros). El Cabildo porteño evaluaba el año pasado reconvertirlo en jardineras.
Afianzar un circuito de ciclovías sigue siendo una asignatura pendiente para la Municipalidad y es un reclamo permanente de los clubes y asociaciones de ciclistas urbanos. iLemental apunta en una publicación que los municipios deberían “asegurarse que las ciclovías sean seguras y que formen parte de una red completa de circulación, manteniendo la seguridad para los ‘scooters’ eléctricos de baja velocidad y las bicicletas a pedal”.
Entre otras regulaciones, el Municipio exigirá a los operadores adoptar un protocolo para la atención de incidentes, siniestros, emergencias y asumir directamente los costos en caso de que un usuario genere daños al espacio público. También se exigirá que cada ‘scooter’ cuente con freno, timbre, luz blanca delantera, luz roja trasera, pie de apoyo, ubicación satelital y número único de identificación visible.