La izquierda en nuestro país o, más precisamente, la izquierda populista que está en el gobierno, parece no haberse enterado de un montón de cosas como la caída del Muro de Berlín o la globalización.
Pero tampoco parecen haberse enterado que entre el 2001 y el 2006 la economía ecuatoriana tuvo un extraordinario período de estabilidad y crecimiento. Por lo tanto, lo que deberían hacer es tratar de repetir lo que pasó en esos años, en lugar de volver a cometer los errores que llevaron a las crisis y los ajustes de los años 80 y 90.
Es muy común escuchar a los populistas hablar de la “época neoliberal” cuando en realidad se refieren a los duros ajustes que se aplicaron en esas dos “décadas perdidas”. Y es que sí fueron años duros.
Pero eso fue en el pasado pasado. Porque en el 2000, con la dolarización, el país se estabilizó y poco después empezó una época de crecimiento con estabilidad que produjo frutos muy positivos.
En los años mencionados (2001 a 2006) la economía creció, por 7 años consecutivos, al 5,2% anual. Desde la década de los 70 no habíamos experimentado un crecimiento tan alto y por tantos años.
Pero esta vez fue con una baja inflación y esa combinación (crecimiento alto e inflación baja) tiene efectos virtuosos sobre la sociedad, pues reduce rápidamente la pobreza. En esos años, la pobreza urbana cayó de 35% a 18%, una espectacular caída para un período tan corto.
Para el país, desde cualquier punto de vista, hubiera sido muy positivo continuar por esta senda de crecimiento y estabilidad. Vale insistir que, contra la leyenda, ese crecimiento no se lo debimos al petróleo pues, exceptuando el 2006, en esos años su precio se mantuvo relativamente estable. Es más, en ese período, las exportaciones no tradicionales crecieron a más del doble.
Tampoco parece que se enteraron que la deuda externa ya no era importante para el 2006, contrastando con el terrible peso que significó para la economía entre 1982 y 2000.
Es más, para el año 2008, justo antes de declarar las deudas “ilegales, ilegítimas y odiosas”, Ecuador ya era uno de los países menos endeudados del mundo, dato que, obviamente pasó desapercibido para quienes seguían entonando canciones de protesta contra una deuda que, virtualmente, no existía.
En octubre del 2008, la relación deuda externa / PIB era 19%, la más baja en más de 30 años.
Tampoco cayeron en cuenta que esa buena época se caracterizó por una notable estabilidad jurídica, donde la Constitución no se reformó en una sola letra y tanto los impuestos como los aranceles y los temas laborales se modificaron poco.
Esa estabilidad jurídica, sumada a la económica, atrajo inversión, esa inversión produjo crecimiento y ese crecimiento redujo la pobreza. ¿Por qué será que ahora se empeñan en hacer lo contrario?