Una misión irá a China en diciembre del 2018 por mejoras en créditos

La Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair se financió con un crédito de Exim Bank de China, otorgado en el 2010. Foto: Archivo/EL COMERCIO

La Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair se financió con un crédito de Exim Bank de China, otorgado en el 2010. Foto: Archivo/EL COMERCIO

La Hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair se financió con un crédito de Exim Bank de China, otorgado en el 2010. Foto: Archivo/EL COMERCIO

China es principal acreedor del país. Según el Ministerio de Finanzas, los compromisos de Ecuador con bancos y el Gobierno chino ascendían a USD 7 159 millones hasta julio, lo que representa el 20,7% de la deuda externa pública.

El Gobierno reconoce que varios tramos de esa deuda son onerosos para el país; por ello, una de las estrategias planteadas por el presidente Lenín Moreno en su Plan de Prosperidad es “la mejora en las condiciones de financiamiento con el gigante asiático”.

En diciembre está previsto queuna delegación, encabezada por el presidente Moreno, y en la que participará el ministro de Finanzas, Richard Martínez, viaje a este país.

“China es una fuente de financiamiento importante, es relevante lograr que ese nivel de endeudamiento y el perfil de deuda que tenemos con este país, tenga otras características a futuro”, dijo Martínez el pasado 13 de septiembre, en una conferencia organizada por la Asobanca.

El titular de esta Cartera de Estado no ha dado detalles sobre la agenda del viaje.

Sin embargo, Juan Sebastián Roldán, secretario de la Presidencia, indicó en radio Democracia el 30 de agosto pasado, que “el Ministro de Finanzas viajará a China” y aseguró que “ya se tiene un plan de trabajo” para buscar mejores condiciones con ese país.

Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, explica que hay dos alternativas que puede poner en práctica la delegación durante el viaje. La primera es negociar con los acreedores chinos tasas de interés más bajas y plazos más largos.

De acuerdo con datos de Finanzas, entre el 2010 y el 2017 se realizaron 23 operaciones crediticias con entes chinos. De ellas, 12 se contrataron a plazos menores a 10 años y tasas de interés de entre el 6 y 7,25%.

Según Carrera, si bien hay deuda externa en bonos con tasas superiores al 7%, se trata de deuda a más largo plazo.

Además, comenta, “mucha de la deuda con China estaba atada a petróleo o la contratación de obras con empresas de ese país, que resultaron con sobreprecios y con fallas”.

Con ello, la deuda “termina siendo más cara de lo que refleja la tasa”, señala.

En el 2016, por ejemplo, el país contrató USD 2 000 millones con el Banco de Desarrollo de China, de los cuales, USD 1 500 millones estuvieron atados a un contrato de compraventa de petróleo y USD 500 millones a la ejecución de proyectos específicos de inversión con empresas chinas.

Multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, que otorgan préstamos para proyectos de inversión específicos, lo hacen con tasas del 2% y a más de 20 años plazo.

Para Carlos de la Torre, exministro de Finanzas, renegociar condiciones de un contrato de endeudamiento no es apropiado, porque afectaría la imagen del país en el mercado internacional, ya que implica decir a los acreedores que Ecuador no puede pagar bajo las condiciones acordadas.

La segunda opción, según Carrera, es buscar una “novación de los créditos”, que consiste en acceder a nuevos créditos con entidades bancarias chinas, pero con mejores condiciones. Con esos nuevos créditos, el Gobierno puede pagar las deudas más caras.

Según De la Torre, esta sería la opción más viable, en un contexto como el actual, en el que una emisión de bonos en el mercado internacional es “imposible”, porque el índice de riesgo país estaba en 706 puntos hasta ayer.

Mientras más alto es este indicador, más caro resulta para un país emitir bonos.

El exministro de Finanzas, Marco Flores, señala que en estos dos casos, los acreedores podrían requerir al Ecuador “importantes colaterales o garantías para mejorar las condiciones”.

Para ello, el Gobierno tiene la opción de poner en práctica otra de las medidas del Plan de Prosperidad, la monetarización de activos del Estado.

“Monetarizar puede entenderse como venta de estos bienes o como uso de estos a manera de prenda de garantía para tener créditos”, dice Flores.

De acuerdo con este Plan, proyectos como la Red Nacional de Transmisión Eléctrica o la hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair y el Sistema Paute, entre otros proyectos, pueden generar más de USD 800 millones anuales.

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