Miriam Ernest de la Coalición Nacional de las Mujeres. Foto: EL COMERCIO
Entrevista a Miriam Ernest, Coalición Nacional de las Mujeres
¿Por qué al conocer de la muerte de dos jóvenes mendocinas, en Montañita, hombres y mujeres las culparon por estar solas y por sus trajes de baño?
El país aún es machista y patriarcal; hombres y mujeres reproducimos lo que está en el sistema. Bajo esa visión somos propiedad de y no somos autónomas; somos ciudadanas de segunda, que deben ir de la mano de sus padres, más tarde de sus esposos y de sus hijos.
Ese crimen movilizó al Ministro del Interior. ¿Siempre la autoridad responde con esa velocidad para resolver estos casos?
Ya quisiéramos que con esa misma agilidad se resolvieran todos los casos. Hay lentitud en las investigaciones de crímenes nacionales, como si valiéramos menos. En el Ministro hubo buena intención, pero como dice la familia, hay cosas que aún no están claras.
La periodista Leila Guerrero en El País dijo que no hay nada más desigual que lo que en América Latina llaman igualdad de género. Por el caso de Evo Morales y su hijo oculto escribió que a un Presidente se le comprende cualquier cosa. ¿Es común que a un hombre se le pase todo?
Como si fuéramos ciudadanas de segunda clase porque la voz pública sigue siendo masculina en el país y la región. Si a la autoridad máxima le parece mal la Encuesta de relaciones familiares, de inmediato el INEC la baja de su portal.
En el país se tipificó la violencia contra la mujer, con la figura legal de femicidio, vigente en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) desde agosto del 2014. ¿Su evaluación?
Ha sido una lucha de las mujeres posicionar no solo que dentro del COIP se haya incorporado la violencia física, psicológica y sexual. Y ya no como contravención sino considerándolas delitos. También que se haya incorporado el tema del femicidio. Aunque nuestra propuesta fue que se coloque feminicidio.
¿Cuál es la diferencia?
El feminicidio involucra también la responsabilidad del Estado, en caso de que no se actúe con celeridad, con oportunidad y que no se escuche lo que digan las mujeres y ocurra algo. Entonces, el Estado asume su responsabilidad.
¿Hay algo que corregir dentro del COIP, en relación a la violencia contra las mujeres?
Ese comportamiento de algunos fiscales y autoridades que desincentivan denuncias, que ellos llaman temerarias. Esa es una muy mala práctica.
¿Cuál es la recomendación para las autoridades?
Cuando comenzamos con Comisaría de la Mujer y la Familia, en 1994, decíamos que lo primero que había que hacer era creer en la palabra de la mujer. No se debe dar crédito solo al hombre, con más posibilidades de ser escuchado, es la autoridad, el representante legal de la familia, tiene muchos pros de la opinión pública. Fue importante eliminar los certificados de honorabilidad, que podían ser incorporados en las denuncias de violencia.
De agosto del 2014 a diciembre del 2015 hubo 70 237 denuncias de violencia intrafamiliar, 62 000 fueron por insultos, humillaciones… ¿Cuáles son las dificultades a la hora de recibir denuncias de violencia psicológica?
En el COIP, la violencia psicológica está calificada como delito. El problema es que no hay cómo determinar si es leve, moderado o grave. No se ofrece una guía, una orientación concreta y los psicólogos no se ponen de acuerdo. Puede haber una cuestión subjetiva muy fuerte en el personal de la Fiscalía.
Entonces, ¿se debiera retirar la figura de delito por esa causa?
Es mucho mayor la violencia psicológica que la física o sexual. Ahí el tema es que no se pueden llevar adelante esos procesos porque no hay acuerdo, quedan en total impunidad, frente a estos datos. El Presidente dice hay que hacer una reforma. Les preocupa que si alguien denuncia que su pareja le insulta, eso sea considerada violencia psicológica y por tanto ya sea un delito.
Entonces, ¿denunciar o no si un novio o un marido le grita? ¿Resistir?
Las mujeres y los hombres no podemos callar, caeríamos en un estado de sumisión. Hay que exigir, reclamar incluso usando convenciones internacionales que nos protegen.
Es común oír que en manos de las madres está la formación de seres machistas. ¿Cómo criarlos?
Como seres que respeten y valoren lo femenino igual que lo masculino. La valoración social del hombre y la mujer es diferente. Celebran guau el Día de la Madre y al siguiente lunes aparecen mujeres masacradas, asesinadas, etc. Se sigue pensando que las mujeres debemos cuidar a los hijos, a los ancianos, perros y gatos…
El martes 8 de marzo será el Día Internacional de la Mujer. ¿En qué lucha sintonizarse, quizá algo del Informe Sombra?
Esa es nuestra agenda. Pero ahora buscamos unas 30 000 firmas para tramitar la Ley contra las violencias. Debemos completarlas hasta mayo. Incluye violencia obstétrica, en hospitales; política, en organizaciones, etc.
Su vida
Boliviana, de origen alemán, que se siente ecuatoriana. Sus tres hijos nacieron en este país, también su esposo y sus tres nietos. Desde 1978 empezó a defender temas relacionados con derechos de las mujeres. Es parte de la Coalición Nacional de Mujeres del Ecuador.
Su pensamiento
Hay que formar seres que valoren y respeten lo femenino y masculino por igual y dejar de pensar que estamos a cargo del cuidado.