Redacción Sociedad
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Con José Mejía Lequerica, patrono del colegio, donde estudian 4 700 chicos, de testigo, comenzó el 2010. Más de 100 presidentes de curso llenaron el auditorio para saber que Carlos Calderón y Estela Miranda, eran el rector y la vicerrectora encargados.
La figura del diputado de las Cortes de Cadiz, ubicada al extremo izquierdo del salón, parecía más despierta que los estudiantes, cuando se desarrollaba la primera intervención.
El objetivo de la cita era compartir el contenido del acuerdo ministerial 0640-09. Resulta del trabajo de la comisión de reorganización académica y administrativa. El 6 de octubre pasado, el Ministerio encargó a Norma Alvear esa tarea.
Mauro Gudiño dio a conocer 11 considerandos y nueve acuerdos. Formó parte de la Asamblea de Profesores, que el 9 de octubre resolvió “emprender una lucha por la defensa del colegio”, en palabras de Francisco Rojas, maestro de matemáticas y vicepresidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE). Se refiere a la llamada “reorganización”, que vieron como una “intervención”.
Uno de los presidentes de los octavos de básica cerró los ojos y acomodó la cabeza y los brazos en su regazo, con la mochila como almohada. Otros bostezaban. Uno de sexto año dijo, al final, que no podía comentar: “Me daba sueño y no escuché”.
“No hay ganadores ni perdedores. Se retrasó el despacho de trámites administrativos por falta de autoridades. No se entregaron pases de año ni títulos ni se legalizaron las matrículas”, enumeró Gudiño.
Esto porque el 6 de octubre, el Ministerio ordenó la remoción de sus cargos del rector (Guillermo Rosero), el vicerrector encargado (Carlos Calderón) e Inspector General. Esto porque durante el paro de la UNE, un grupo de maestros supuestamente se adhirió al paro. Se habló también de politización por la presencia de miembros del gremio.
Calderón, con 20 de sus 48 años como docente del Méjía, dijo que debían fortalecer lo académico, “para que sea grande, un referente de la educación”. Y pidió no usar los medios informativos para denigrar al plantel. “Si hay maltrato o corrupción, para eso están las autoridades”.
Sobre la politización, David González, uno de los presidentes de segundo de bachillerato, de 16 años, señaló: “ocurre como en todas partes. No se puede decir que no existe, es de lado y lado, son maneras de pensar”.
La vicerrectora (e), Estela Miranda, señaló que como fija el acuerdo asignarán 25 horas de clase semanales a los docentes. Ahora tienen 22, pese a ser colegio experimental. También actualizarán el Reglamento Interno, que data de 1981.
“Es un pacto de convivencia y no toma en cuenta el nuevo Código de la Niñez”. Y el Proyecto Educativo Institucional, que está listo pero sin firmas de responsabilidad. “Es un nuevo plan sobre la incidencia de aplicar las nuevas tecnologías de información y comunicación en el interaprendizaje”.
Rosero, rector saliente, afirmó que: “Como establece la Ley de Carrera Docente se dio la subrrogación de funciones, pero estaré vigilante de lo que hagan las nuevas autoridades, el colegio no puede convertirse en botín político de nadie. Hay que vigilar que el partido no haga de esto una trinchera”.
Los exámenes del tercer trimestre se inician en la Costa
Redacción Guayaquil
En Guayaquil. Los alumnos de la escuela Luis Bonilla Castilla repasaron para los exámenes. En primer plano, Erick Mero y Anderson Lonbeida Verdesoto. Foto: EL COMERCIOApenas faltan tres hojas para terminar el libro de Lenguaje. En el salón de sexto de básica de la escuela Luis Bonilla Castillo, los estudiantes están listos para hacer un repaso final, dar los exámenes de tercer trimestre y salir de vacaciones.
“Solo nos falta resolver los cuestionarios. Ya casi hemos terminado todos los libros”, cuenta Dayana Soriano, de 9 años.
En la clase, el ambiente navideño aún está presente. El árbol y las guirnaldas alrededor de la pizarra hacen recordar a los chicos el último feriado que tuvieron. Fueron casi dos semanas libres en las que algunos chicos se dieron un tiempo para hacer un repaso y completar sus tareas.
Desde hoy, la maestra Amor Lalama inició una retroalimentación con sus alumnos. “Estamos revisando los temas de examen y también aprovechamos para reforzar algunas falencias de aprendizaje en ciertas áreas”.
Pero en la clase resaltaban algunas bancas vacías. En la nómina de 42 estudiantes, 11 tuvieron falta. “Por el feriado algunos viajan y se les dificulta el regreso, pero desde mañana (hoy) se normalizará la asistencia”, cuenta el director Héctor Franco.
En esta escuela, ubicada en el sector de San Eduardo de Guayaquil, los exámenes arrancarán el 15 de enero. En el salón de séptimo de básica, la maestra Guadalupe Oyague aprovechó el retorno a clases para revisar los documentos de pase al colegio de sus 35 alumnos.
Según la zonificación que aplica la Dirección de Educación de Guayas, Anderson Lombeida y sus compañeros irán al colegio Juan Montalvo. “Tenemos que dar ocho exámenes, pero ya estamos repasando”, cuenta.
En otros planteles, como el Patria Ecuatoriana (la 40 y Portete), los exámenes se adelantaron. La mañana de hoy, los maestros hicieron una junta de curso.
En el exterior, varios padres esperaban la publicación de las notas del tercer trimestre. “La otra semana son los supletorios, queremos saber si los chicos no se han quedado en alguna materia”, cuenta Martha Rosales.
Banca por banca, Mónica Quimí chequea la tarea de los chicos de quinto de básica de la escuela fiscal Carmen Sucre, en el Suburbio. Para las vacaciones, la docente envió varios cuestionarios con los temas de evaluación. “Hacemos un resumen por clase de todo lo que vimos en el año”, dice el director Víctor Soria.
Los 589 alumnos de la escuela fiscal Thomas Jefferson (O’ Connors y la 29) también están listos para el repaso. Ahí el horario de clases es un poco irregular, ya que los maestros aprovechan el tiempo para afianzar los conocimientos, según la fecha de cada examen, y alistar los documentos de pase de año. Todo antes del 28 de enero, cuando concluirá el ciclo escolar 2009-2010.
Los repasos fueron prioridad en Azuay
Redacción Cuenca
Hoy, el reinicio de clases en los 1 600 planteles educativos de Azuay estuvo cargado de buenos deseos. La hora cívica se inició con una reflexión y compromisos entre maestros y estudiantes.
A más de ser el primer día lectivo del nuevo año, para los 11 400 maestros y 190 000 alumnos de la provincia fue el comienzo del segundo trimestre. Por eso, el deseo generalizado de los profesores fue que estudien con empeño para que obtengan buenas calificaciones. “Espero recuperarme en matemáticas porque en el primer trimestre no me fue bien”, expresó Juan Andrés Cobos, del colegio CEEC de Cuenca.
El tercero de bachillerato es complicado porque llegan los exámenes de grado y por eso estamos más pendientes de los trabajos y evaluaciones, dijo su compañero Antonio Murillo. “Hay profesores que comprenden esa situación y por eso nos envían menos tareas”.
Carmita Maruri, directora de la escuela 3 de Noviembre, motivó a las niñas a que se esfuercen para que culminen con éxito sus estudios. En este plantel donde se educan 980 niñas, los maestros dedicaron sus horas de clases a los repasos.
“Ponemos más interés donde hay más deficiencias y vacíos, de acuerdo con las últimas evaluaciones”, expresó Maruri.
En colegios como el 3 de Noviembre hubo clases parciales por las juntas de curso porque, según la Dirección de Educación del Azuay, las labores del año anterior culminaron con los exámenes trimestrales.