Chiva de Mi Pueblo ofrece paseos que incluyen música. El servicio puede costar USD 100 para unas 40 personas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Pasear en chiva, beber un canelazo o comer un plato típico son algunas de las cosas que no faltan en las fiestas. Este tipo de actividades es el que mayor movimiento económico genera, sobre todo alrededor de los grandes eventos programados por el Municipio.
Los conciertos Quitonía en el norte, centro, sur y en el valle, los desfiles de la Confraternidad y los pregones son los programas que, según estimaciones de la Secretaría de Desarrollo Productivo, convocarán a 900 000 personas, durante todas las celebraciones.
En términos de dinero, esto representa un ingreso de entre USD 4,5 millones y 5,2 millones. Durante los días de fiestas del año pasado, los programas organizados generaron unos USD 3,5 millones.
Para definir la estimación de este año, la Alcaldía realiza encuestas sobre lo que la gente consume o compra durante los eventos. Es decir, la botella de agua, el paraguas, las bebidas o algunas comidas que se ofertan en los lugares más concurridos. También se toma en cuenta la movilización.
Diego Vivero, presidente de la Cámara de Turismo de Pichincha (Captur), sostiene que el movimiento económico durante las fiestas de Quito no es igual al que se producía hace seis años, cuando se suspendió la feria taurina Jesús del Gran Poder. “En promedio, Quito pierde anualmente al menos USD 30 millones”.
Más allá del debate sobre las corridas de toros, para Vivero el tema pasa porque Quito no ha logrado instituir un evento que reemplace a la feria taurina y que posicione a la capital como destino turístico a nivel internacional durante la conmemoración de su fundación.
Para Verónica Sevilla, gerenta de Quito Turismo, reemplazar un evento que tenía 60 años seguidos promocionándose, no es algo sencillo. Sin embargo, con el presupuesto con el que este año contó el Municipio para fiestas de Quito, dice, se logró armar una agenda que incluye varias opciones para cubrir la variedad de gustos.
En medio de este escenario hay actividades económicas que se reactivan. Por ejemplo, los paseos en chiva son una característica en esta época.
Diego Artunduaga es propietario de la empresa Chiva de Mi Pueblo. De los 11 vehículos con los que cuenta en varias ciudades, 10 están en Quito desde finales de noviembre.
Diariamente, cada uno de los vehículos tiene hasta seis contratos. El costo varía de acuerdo con el servicio solicitado. Por ejemplo, si incluye banda de pueblo, tiene espacio para el baile o si es una chiva tradicional con asientos para todos los asistentes. Los precios oscilan entre los USD 100 y 300.
Artunduaga dice que, aunque todo el año hay contratos para su servicio, durante las fiestas de Quito sí hay un incremento. “En una semana normal, cada vehículo tiene hasta tres contratos”.
Registros de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) señalan que en Quito 80 chivas tienen permiso para operar durante las fiestas.
Sin canelazo tampoco hay baile. Al menos esa es una idea generalizada en restaurantes, bares y otros eventos. Edy Castillo, de la Federación Nacional de Distribuidores de Licores del Ecuador, señala que no se registra un impacto importante en sus ventas durante estas fechas. Esto porque esa bebida tradicional se hace, sobre todo, con licor artesanal.
Para el baile se requiere buen sonido. Por ello, otra actividad que experimenta una reactivación es el alquiler de animadores y discos móviles.
Geovanny Sópalo representa a la Asociación de DJ y animadores de Tumbaco. Sostiene que en estos días los contratos se incrementan en un 10% comparados con los anteriores meses del año.
Verónica Ruiz, representante de la Asociación de Vendedores en Eventos Públicos, dice que debido a la cantidad de comerciantes informales que actualmente existe, ya no es tan rentable la venta de comida o golosinas en los conciertos o desfiles de la agenda de fiestas. “Cuando había toros, se podía vender hasta USD 50 diarios. Hoy se puede lograr USD 10”, comenta Ruiz.
El evento que más ingresos genera para la ciudad es la Fiesta de la Luz. En su última edición movió USD 17 millones.