Las raciones de combate es el alimento que consumen los militares durante operaciones especiales. Fotos: Antonio Salazar para EL COMERCIO
Seco de pollo o de cerdo, arroz con verduras y atún, menestra o guatita, jugo, leche, café, granola… Todos estos alimentos caven en una caja de cartón de dos centímetros de grosor y 30 de alto.
Se tratan de las raciones de combate, el alimento que consumen los militares durante operaciones especiales en la selva, en lugares inhóspitos o en las guerras, donde el acceso a agua, comida o un poblado es imposible.
Pedernales, una de las urbes de Manabí más turísticas, es ahora una ciudad reducida a escombros. 1 159 edificaciones sufrieron daños después del terremoto de 7.8 grados Richter, del pasado 16 de abril del 2016.
El 80% de la cuidad fue afectada y en los pocos comedores abiertos, los alimentos se contaminan con el polvo de los escombros que levantan las retroexcavadoras.
En este escenario, las raciones de combate son el único alimento accesible y salubre para los militares que trabajan allí en tareas de seguridad, entrega de alimentos y agua a los damnificados y derrocamiento de escombros.
El coronel Diego Rivera, jefe de Logística del Comando de Pedernales, detalla que solo en esta zona se entregan cada día 1 300 a 1 500 raciones.
Las raciones de combate es el alimento que consumen los militares durante operaciones especiales. Foto: Antonio Salazar para EL COMERCIO
En las pequeñas cajas hay espacio suficiente para las tres comidas. Desayuno: leche en polvo, café y barra de granola. Almuerzo: seco de pollo y arroz blanco o arroz con atún y choclo. También se puede elegir entre guatita, arroz con fréjol o seco de cerdo.
Para la cena, la caja contiene una barra de panela, jugo de naranja y habas.
Lo más interesante es su mecanismo de cocción de los alimentos. Pues en el cartón tiene una bolsa térmica y una sustancia química, que al contacto con un poco de agua produce una reacción de calor intenso, que en 10 minutos está lista la comida.
Estás raciones son fabricadas en el Ecuador por una industria nacional. Por eso los menús son pensados en los paladares militares.