Ingrid Betancourt estuvo 6 años secuestrada por las FARC. La expolítica colombiana fue rescatada en una operación militar el 2 de julio del 2008. Foto: Archivo/ AFP
Un soldado reveló detalles de la acción con la que se burló a la guerrilla, a un día de cumplirse diez años de la denominada ‘Operación Jaque‘, la maniobra que empleó el Ejército de Colombia para encubrir a militares y rescatar a un grupo de rehenes de manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Hace una década, el pasado 2 de julio del 2008, un grupo de 13 militares se disfrazaron y engañaron a los guerrilleros para hacerles creer que eran miembros de una organización humanitaria, que iba a trasladar a 15 secuestrados a otro punto de la selva del sur del Colombia.
En ese entonces, la maniobra militar, comandada por el expresidente Álvaro Uribe, sorprendió al mundo por la estrategia que empleó, diferente a las incursiones armadas contra las FARC. Con la Operación Jaque se rescató a 15 personas, entre ellos Ingrid Betancourt y Clara Rojas. También fueron liberados tres estadounidenses y 11 militares y policías.
A la víspera del aniversario del rescate, el diario El Tiempo de Colombia publica este domingo 1 de julio del 2018 el testimonio de uno de los militares que participó en esa operación y que, bajo el anonimato, habla sobre los temores y el ‘plan B‘ que tenían previsto en caso de fallar.
Según el relato, en la operación participaron 13 miembros del Ejército colombiano: dos pilotos, un ingeniero, un técnico y nueve militares. Sin embargo, el uniformado sostiene que “la genialidad está en el engaño“. Él se refiere a que se realizó una interrupción de las comunicaciones del frente oriental comandado por ‘Alfonso Cano‘ y el otro grupo que era comandado por ‘César‘, encargado de los secuestrados.
El militar cuenta que para lograr filtrase en las conversaciones emplearon personas con voces similares a los guerrilleros, fingían su voz y hasta participaron esposas de los uniformados para esta tarea.
El libreto debía cumplirse, por lo que hasta el entonces presidente, Álvaro Uribe, hacía apariciones públicas en las que anunciaba que aceptaría las negociaciones con las FARC para la liberación de secuestrados. Los militares, por su parte, recibieron clases de actuación y hasta fingieron ser profesores de actores, con lo cual buscaban confianza en sí mismos de cómo desenvolverse frente a los jefes de la guerrilla.
El testimonio recogido por El Tiempo también expone los temores de los uniformados, en el plan que implicaba estar frente al enemigo, desarmados y engañarlos. Cada uno tenía un papel específico asignado, el cual debía desempeñar a cabalidad: jefe de la misión, un integrante de la Cruz Roja, un médico, la enfermera, un periodista, el camarógrafo. Incluso habían ideado la participación de estadounidenses, pero EE.UU. se habría negado. La situación hizo que los integrantes del Ejército colombiano buscaran entre sus filas a oficiales con rasgos físicos de “gringos” y que se pudieran comunicar en inglés.
La Operación Jaque ha sido cuestionada e incluso denunciada en Colombia. Las primeras dudas fueron planteadas en febrero del 2009 por un cable de Wikileaks divulgado por la prensa colombiana, y crecieron por un documental presentado en Ecuador por el periodista colombiano Gonzalo Guillén.
Guillén, en su material audiovisual, asegura que Colombia negoció por la liberación de la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, por más de seis años secuestrada por las FARC.
Según el periodista colombiano, para el rescate de Betancourt se habría pagado USD 100 millones, cuyas negociaciones se habrían concretado con los mandos medios del grupo guerrillero.
Las dudas sobre la operación colombiana también es cuestionada por el militar narrador, que manifiesta su pesar de tener que explicar sobre la maniobra con la que arriesgaron la vida.
El uniformado colombiano menciona que ese día estaban preocupados al no ver las tres señales que habrían solicitado a los guerrilleros: producir humo, mensajes desde el aire y que los secuestrados vistieran camisetas blancas.
Pese a ello, la operación se mantuvo al estar conscientes de que una falla podría hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Durante el encuentro con ‘César’, el militar dice que el guerrillero se mostró cordial y que la confianza generada con los encubiertos había permitido que rebeldes y secuestrados abordaran el helicóptero del Gobierno. La nave fue pintada de rojo y blanco, con la imagen de la Misión Humanitaria Internacional que era ficticia y para la cual se diseñó un sitio en Internet y hasta una oficina.
Una vez dentro de la nave, los militares inmovilizaron a dos guerrilleros que custodiaban a los secuestrados. El soldado aseguró que el hecho habría provocado que ‘César’ intentara arrojarse del helicóptero.