Texto de madurez, ‘La cabeza del náufrago’ es, sin abandonar la actitud siempre experimental del autor, Miguel Donoso Pareja, de fluida y grata lectura, tachonado de sentido del humor, de una sana ironía, que estallan con lo inesperado y una vitalidad que incluye a la muerte con ternura porque, como sabemos, morir no es tan peligroso.
Marcelo Báez
Crítico
Poeta, narrador, periodista, crítico de cine y editor. Nació en Guayaquil en 1969 y ha escrito nueve libros, además de ganar el Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade y el X Concurso Nacional de Literatura, entre otros. ‘La cabeza del náufrago’ es el vigésimo tercer libro del escritor guayaquileño.
El libro no tiene el erotismo descarnado de ‘Día tras días’ o ‘Nunca más el mar’. Esto no significa que estamos ante un caso de andropausia literaria, mucho menos ante un canto de cisne o de dinosaurio.
Lo que más hay en el libro son narraciones sobre la muerte y hay una en particular sobre el mal de Parkinson, en el que el autor no tiene piedad consigo mismo. Esos textos son los que se pueden considerar realmente ‘fuertes’ en cuanto a contenido, pues reflexionan sobre la soledad senil y como “a los viejos se les aparta después de habernos servido bien”, como dice la canción de Serrat.
Otra de las vetas exploradas por Donoso es la de la ficción real o faction (mezcla de facts y fiction), género creado por Truman Capote. Hay narraciones que son verdaderas crónicas contaminadas de literatura en las que el mismo autor funge como personaje protagónico. Como ejemplo ver Feria del libro en Miami.
Los microcuentos son de primera línea y son ideales por su extensión para ser trabajados en un aula universitaria o colegial. Se trata de fragmentos narrativos muy lúdicos, que constituyen experimentos serios y fuera de serie. Vale nombrar el homenaje que hace Donoso a El dinosaurio, de Augusto Monterroso, y a El inmortal.
En conclusión, ‘La cabeza del náufrago’ es un libro portador de las características que los críticos señalan en las anteriores líneas y, sobre todo, trasluce una experiencia de vida en carne expuesta, con una desnudez que el autor enmascara con su caminar tangencial y los recursos narrativos que tan bien domina.