Redacs. Negocios y Cuenca
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Los ingresos por la producción de uniformes escolares ya no son los mismos de años anteriores para los microempresarios del país.
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A través del Programa Hilando el desarrollo, el Secap ha capacitado 1 086 operarios y artesanos en la manufactura.
Los uniformes que entrega el Gobierno son confeccionados con materia prima nacional.
El Programa Hilando el desarrollo está en proceso de transferencia del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social al Ministerio de Educación.
En 2007 participaron en la producción de los uniformes que se entregan de forma gratuita 349 talleres artesanales y en 2008, 666.
Esto se dio, principalmente, porque el presupuesto del programa Hilando el desarrollo del Gobierno, que lidera la compra de uniformes, bajó para este año.
Estos uniformes se entregan de forma gratuita a 900 000 alumnos de escuelas fiscales rurales de Costa, Sierra y Amazonia.
Mientras en 2008 el presupuesto fue de USD 25 millones, en 2009 es de 16 millones, explicó Dolores Bolaños, subsecretario de Gestión de Proyectos Socioproductivos (e) del Ministerio de Desarrollo Social.
Esto hizo que el kit pase de siete a cuatro prendas y en consecuencia el costo también cayó.
Mientras el uniforme para niño, el año pasado era de USD 29,88, ahora es de USD 17,87.
Esto hizo que la utilidad para los microempresarios se reduzca considerablemente, dice el microempresario, Marco Alvarado.
“Se gana USD 0,10 ó 0,20 por prenda, eso es bajísimo y no se toma en cuenta el desgaste de las máquinas, los salarios…”.
Alvarado cuenta que se adjudicó un contrato junto con otros seis microempresarios, pero la utilidad para todos fue de USD
2 000 en tres meses de trabajo.
Este año también se dio un cambio adicional en el programa, en vez de concurso de ofertas se aplicó las modalidades de feria inclusiva y de cotización y menor cuantía, a través del portal de Compras Públicas.
Este último mecanismo, por ejemplo, ya se aplicó para la producción de 428 980 uniformes para la Sierra y la Amazonia. Heidy Ocampo, técnica del Ministerio de Educación, explica que de los 300 talleres artesanales oferentes se adjudicó a unos 170.
Rubén Bastidas, otro microempresario, cuenta que sus ventas han caído 30%; asegura que eso se debe a que “ahora hay que concursar en el portal de Compras Públicas y yo desconozco cómo hacerlo. Antes nos distribuiamos los trabajos entre todos los artesanos. En este mes, normalmente el negocio aumenta y se vende USD 6 000 ó 7 000, pero este año ha bajado”.
Marco Arellano, microempresario de Quito, señala que más bien se ha concentrado en captar contratos de instituciones privadas, donde gana más. Confecciona para 10 entidades y completa el ingreso con ropa de moda.
Emelda Campoverde es doctora en psicología infantil y recorre todo el país buscando contratos.
Explica que este año ha viajado por todos lados dejando la documentación que se solicitaba, pero solo ha obtenido dos “golpes de suerte”. “Me paso viendo en Internet la página de Compras Públicas para postular por esos concursos, pero todo es suerte.
Lamentablemente yo no tengo la capacidad de las fábricas grandes que se llevan la mayoría de contratos, porque pueden cotizar a precios muy bajos”.
American Deportes, una microempresa cuencana, en cambio, ya no se da abasto. Contrató a seis personas más para que ayuden en la venta. Desde mayo se prepararon con la compra de materia prima en Quito para confeccionar uniformes para 15 instituciones de
Cuenca. Se realizan 150 uniformes para cada establecimiento. Según Myriam Torres, administradora, hasta ahora se vendió el 70% de uniformes. “Esperamos que la próxima semana se venda el resto”.