¿Mi sueño? ser policía

Jenny Caizaguano quería ser  policía. Para lograrlo, llegó el jueves 10 de septiembre,  a las 09:00, a  la Escuela de Formación de Policías en Tambillo,   con cobijas y un colchón.  Creía que así estaría entre las primeras pero, al llegar, la sorprendió una fila de centenares de mujeres que esperaban.

Las horas pasaban lentas y frías. Al llegar la noche, los hombres que también estaban pendientes por un  turno prendieron fogatas para aplacar el frío. Hombres y mujeres entablaban conversaciones, se contaban sus ilusiones por encontrar trabajo en la fuerza pública, juntaban los colchones y algunos compartían las frazadas. 

Esperaron esa noche, la del  viernes y  la del sábado, hasta que llegó el domingo. Ese día, se anunció  que iban a medir la estatura de los aspirantes y que debían presentar la  copia de la cédula. Quienes no la tenían, encargaban  el  puesto  e iban a Machachi a sacar la copia. 

A la hora de la medición de las mujeres, los policías repetían en voz alta: “Las señoritas que no cumplan con  1,58 m de estatura, por favor no insistan”.  Jenny Caizaguano, sin zapatos, se encomendó a los santos, pero pasó con holgura bajo el arco: así   acabó su ilusión.

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