Marco Jirón Paredes
No me da vergüenza porque las cosas sí están tomando rumbos distintos. No todo es perfecto, pero ningún proceso lo es.
No me da vergüenza porque al fin quieren sacar a los nefastos del MPD del secuestro en el cual han tenido a la educación pública y ya era hora de ponerles un alto a esas mafias que ellas han impedido que la educación sea verdaderamente pública y gratuita. No me da vergüenza porque en mi país he encontrado las cosas que hoy me hacen feliz.
No me da vergüenza decir que soy ecuatoriano y que me vean por la ventana del Presidente por el cual voté y al cual apoyo, porque no tengo taras mentales que me impidan entender que todo cambio genera resistencia y no quiero ser parte de la resistencia sino del cambio, no quiero detener el progreso, no quiero ser absorbido por esas mafias tradicionales de poder.
Sí me da vergüenza los medios que se abanderan de la libertad de expresión pero que nos presentan información incompletas, parcializada, con programas-basura.
Merezco una información veraz, completa y objetiva, que se me escuche y se publique, no que los medios sean de unos pocos.
Sí me da vergüenza que los medios estén secuestrados por intereses económicos, que se declaren con pérdidas para evadir responsabilidades tributarias.
No me da vergüenza ser ecuatoriano, no me da vergüenza ver cómo ahora sí los grupos tradicionalmente relegados como las personas con discapacidad sean incluidos en las políticas públicas, que las acciones del Gobierno tiendan progresivamente a garantizar y a exigir el cumplimiento de esos derechos.
Conclusión:
No me da vergüenza, por el contrario, seré parte de la solución no del problema, la prepotencia no viene del Gobierno sino de aquellos que están perdiendo espacios de poder: Nebot, Ortiz, MPD, FEUE, FESE, ahí están la prepotencia, el autoritarismo; no en la persona con discapacidad, en el preso, en el trabajador informal, en el cargador, en el indígena. No me da vergüenza.