Yo empecé a vivir mi libertad desde el momento en el que decidí la forma y el rumbo que tendría mi vida. Por medio de mi bicicleta no solo demuestro un estilo de vida, sino también una forma de protesta contra lo que está mal, pero, además, una propuesta para buscar soluciones e iniciativas.
La capacidad para elegir el medio de transporte, en el que quiero ir todos los días hasta mi lugar de trabajo, me ha hecho libre y de esa forma me ha permitido encontrar un nuevo sentido a la cotidianidad. Recorrer la ciudad de una forma sana, rápida y divertida le da un nuevo sentido de libertad a mi vida, por eso valoro mi medio de transporte y también mi ciudad.
Esta capacidad de decisión me ha convertido en una personas más feliz conmigo, con mi familia y con mis compañeros de trabajo. Por eso, trato de vivir todos los días de forma libre, tomando mis propias decisiones, diciendo las cosas en las que estoy de acuerdo y en las que no y tratando de cambiar aquellas circunstancias que no me hacen feliz.