Una mezquita en una ciudad sagrada de Irán ondeó una bandera roja, 'símbolo de venganza' por muerte de Soleimani

Normalmente, en la cúpula se encuentra una bandera de color azul.

Normalmente, en la cúpula se encuentra una bandera de color azul.

Normalmente, en la cúpula se encuentra una bandera de color azul, pero esta vez se desplegó una roja, símbolo de la sangre inocente derramada en la cultura islámica chií. Foto: Captura

Una bandera roja fue ondeada desde la punta de la cúpula de una mezquita en una de las ciudades sagradas para la cultura chií islámica. Allí, en la localidad de Qom, en Irán, se llevó a cabo una ceremonia para honrar al general Qasam Soleimani, asesinato por orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 

El despliegue, que fue transmitido en vivo por la televisión estatal iraní, preocupó a usuarios en redes sociales, pues en la tradición chií este color simboliza la sangre derramada de manera injusta y suele servir como un llamado a la venganza, asegura el diario británico Metro

Según esta misma publicación, esta es la primera vez que la mezquita Jamkaran exhibe una bandera roja. Normalmente, en la cúpula se encuentra una bandera de color azul. 

 

"Muy, muy inusual resulta ver una bandera roja ondenado sobre la mezquita sagrada de Jamkaran", aseguró el corresponsal de la cadena estadounidense NBC en Irán, Ali Arouzi, a través de su cuenta de Twitter. 

Ceremonia en Teherán

Entre llantos y gestos de dolor y rabia, cientos de miles de iraníes abarrotaron este lunes las calles del centro de Teherán para clamar venganza contra Estados Unidos por el asesinato del poderoso comandante Qasem Soleimani, elevado a mártir en Irán.

Hombres y mujeres, desde niños en carritos a ancianos, la mayoría vestidos de negro o con colores oscuros, sollozaron y gritaron "Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, muerte a Al Saud (dinastía de Arabia Saudí)" mientras marchaban por la avenida Enghelab.

Una foto distribuida por la Oficina del Líder Supremo iraní muestra al ayatolá Ali Khamenei (centro) rezando ante los ataúdes del teniente general de la Guardia Revolucionaria iraní asesinado y comandante de la Fuerza Quds Qasem Soleimani y de otras víctimas como presidente iraní. Hassan Rouhani y otros altos funcionarios asisten a la ceremonia fúnebre en Teherán, Foto: AFP

Los asistentes portaron carteles con la fotografía del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria con lemas como "dura venganza" o "el general de los corazones", así como banderas iraníes e iraquíes.

Al pasar el camión que portaba su féretro, la multitud hizo todo lo posible para acercarse y, para lograr su bendición, tiraron trozos de tela con el objetivo de que los militares que estaban sobre el vehículo acariciaran con ellos el ataúd.

Los empujones fueron la tónica durante las exequias debido a la masiva asistencia de público. Algunas personas incluso cayeron al suelo y los que entonaban los cantos de luto por megafonía pidieron a la gente abandonar el lugar.

"Por favor, salgan a la calle Val Asr, la gente se está aplastando y va a ocurrir una tragedia", anunciaron para intentar calmar a la multitud, que también se paró a rezar en la calle coincidiendo con la hora del rezo del mediodía.

Un martirio comparado con el del imán Husein

Los cantos de dolor eran muy profundos y continuamente se comparó la muerte de Soleimaní en un bombardeo estadounidense en Bagdad con la tragedia vivida por el tercer imán chií Husein, fallecido en la batalla de Kerbala (actual Iraq) en el año 680 de nuestra era.

El nombre de Husein fue muy coreado, recordando por momentos a las ceremonias de la Ashura, cuando también se reparte comida y bebida a los fieles en casetas callejeras, como ocurrió hoy durante el funeral del general.

Iraníes prenden fuego a una bandera estadounidense e israelí durante una procesión fúnebre organizada para llorar al comandante militar asesinado Qasem Soleimani, al jefe paramilitar iraquí Abu Mahdi al-Muhandis y a otras víctimas de un ataque estadounidense en la capital Teherán el 6 de enero de 2020. Foto: AFP

Los asistentes a las exequias también expresaron sus condolencias al líder supremo, Alí Jameneí, y aseguraron en sus cantos que están dispuestos a sacrificar su vida y la de su familia por él.

Jameneí lideró entre sollozos el rezo en honor a Soleimaní y otras cinco de las víctimas del ataque, entre ellos el vicepresidente de la milicia chií iraquí Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, cuyos féretros estaban presentes en la Universidad de Teherán.

Junto a Jameneí y en primera fila frente a los féretros se encontraban también el presidente iraní, Hasan Rohaní; el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí; el presidente del Parlamento, Alí Lariyaní; y el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí.

También asistió el jefe político del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniyeh, quien urgió a "castigar" a los culpables del asesinato, y cuya presencia demostró la importancia de Soleimaní para el llamado Eje de la Resistencia contra EE.UU. e Israel.

Llamamiento a expulsar a Estados Unidos de Oriente Medio

El nuevo comandante de la Fuerza Quds, Esmail Qaaní, prometió durante la ceremonia "expulsar" a Estados Unidos de la región y seguir "el camino del mártir Soleimaní con firmeza y resistencia".

También en el funeral, el comandante de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, Amir Alí Hayizadeh, afirmó que es necesaria "la destrucción completa de EE.UU. en la región".

"La venganza del mártir Soleimaní no terminará lanzando cuatro misiles, atacando una base (estadounidense) o incluso matando a Trump; quiero decir, ninguno de estas acciones tiene el mismo valor que la sangre de este mártir", agregó.

Ante la anunciada venganza de Irán, el presidente estadounidense, Donald Trump, insistió ayer en que puede que en ese caso EE.UU. responda de "una manera desproporcionada", al tiempo que empezó a enviar a cientos de soldados a la región.

Sin miedo a las represalias

Los presentes en el funeral expresaron a EFE su seguridad de que EE.UU. no hará nada en caso de que Irán perpetre su anunciada venganza, que afirmaron respaldar.

"Ahora Irán, Siria, el Líbano, Yemen e Iraq están más unidos que antes y todos se van a vengar. EEUU no hará nada si se lleva a cabo una venganza por la muerte de Soleimaní", dijo Mohamad Moghadamí, de 60 años.

Este hombre señaló para apoyar sus palabras que Washington no reaccionó por el derribo de su dron en junio pasado en el golfo Pérsico ni al ataque a las instalaciones de la petrolera saudí Aramco en septiembre.

Vestida con chador y llorando desconsolada, Faride Mohamadí, de 28 años, dijo a EFE estar "segura de que EE.UU. va a pagar por lo que ha hecho": "Sea por alguno de sus seguidores o por parte de Dios, me siento tranquila porque sé que tenemos miles de Soleimanís", subrayó.

El recuerdo del comandante y la idea de venganza estaba presente hasta en los niños. Amir Hosein Habibzadeh, de 10 años, afirmó que "todos somos Qasem Soleimaní y lo único que queremos es la cabeza de Trump".

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