17 de los 18 trenes con capacidad par 1 500 pasajeros aproximadamente ya están en Quito y permanecen en Talleres y Cocheras, en Quitumbe. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
A nueve meses de que el Metro de Quito empiece a funcionar, según los planes del Municipio, aún no se adjudica el contrato para la operación de este sistema de transporte.
El 15 de enero se cerró la fase de recepción de cartas de interés. Diez empresas de ocho países de América y Europa, expertas en administrar sistemas similares, se inscribieron.
Édison Yánez, gerente de la Empresa Metro de Quito, señala que el contrato se adjudicará en marzo. Ahora está pendiente publicar el concurso y fijar un plazo para la entrega de propuestas. Eso se hará cuando se reciba el kit específico del Sercop (Servicio Nacional de Contratación Pública), es decir, los lineamientos.
Según el concejal Eduardo del Pozo, miembro de la Comisión de Movilidad del Concejo, ahora “estamos en apuros”. Espera que ese plazo se cumpla, pues la operadora debería seleccionarse con un mínimo de seis meses de anticipación.
Solo así, dice Del Pozo, podrá participar en toda la fase de preoperación y estará lista para la puesta en marcha del sistema de 15 estaciones entre Quitumbe y El Labrador.
Las obras registran un avance del 92,5% y entre los temas pendientes están completar las estaciones San Francisco y Universidad Central. La primera se avanza según el plan y acabará en marzo, dice Yánez.
Pero aún no hay una fecha para culminar las obras en la U. Central. Aunque los trabajos bajo tierra están casi listos, lo concerniente al acceso y a la dársena (área para buses) se inició con dos años de retraso. Ese fue un problema para la empresa, porque en tres años se plantearon varios modelos que la anterior administración de la Central no aceptó, incluido uno que proponía una estación de transferencia en la U.
Hace cuatro meses, indica Yánez, se firmó un convenio que permite hacer trabajos en el campus. La dársena empezó a construirse hace 15 días y un equipo está acelerando las obras para concluirlas en el menor tiempo posible.
Hasta ahora, 17 de los 18 trenes que movilizarán a los quiteños han llegado. En las próximas semanas se completará la flota y estará lista para circular entre Quitumbe y La Magdalena, donde en marzo se harán pruebas de circulación. Ahora se realizan ensayos de acoples, neumáticos, eléctricos y de sistemas de emergencia.
Los técnicos que laboran en Talleres y Cocheras en Quitumbe están atentos a cada trabajo y prueba. Explican que todo está calculado con exactitud. Por ejemplo, aunque la mayor parte de la línea 1 va por la ruta de trazados viales, en ciertos puntos pasa por debajo de construcciones. Para evitar molestias a la gente, se colocó manta elastomérica para minimizar el efecto de la vibración.
Más allá de las obras, hay otros puntos pendientes como la compra del sistema inteligente de recaudo y la tarifa.
El primero es una tarea contra el tiempo que, según Del Pozo, podría retrasar la inauguración. Yánez dice que falta la autorización de la Secretaría de Movilidad para abrir una licitación, pero él no contempla la posibilidad de una demora: si no está listo a tiempo, el cobro será manual.
Sobre la tarifa, Yánez señala que la empresa entregará al Concejo una propuesta sobre qué debe incluir la calidad del servicio del transporte.
Agrega que esos parámetros, así como las reglas para los usuarios a bordo, deben establecerse en todos los modelos existentes. “Sería absurdo que tengamos bajo tierra un sistema limpio, ordenado y subamos a buses sucios, rayados y que no cumplan itinerarios”.
Tras calcular el costo de un servicio de calidad, se debe definir cómo se pagará: tarifa, subsidios o peajes sombra. Este último, explica, es una opción similar a la tasa para el Cuerpo de Bomberos, que se cobra en planillas municipales.