Santiago Estrella. Corresponsal en Buenos Aires
La presión gubernamental obligó a su salida de una radio. ¿A qué se debió?
Radio del Plata cambió de propietario, que es la empresa Electroingeniería, con vinculaciones con el kirchnerismo y que viene teniendo un crecimiento fenomenal de su actividad económica. El 5 de enero de este año salió una noticia sobre una investigación de la Auditoría General de la Nación en la cual se publicaron supuestos sobreprecios en el tendido de redes eléctricas en el sur del país. No emitimos ningún tipo de opinión porque fue un tema que no investigamos. Nos limitamos a reflejar el hecho con las dos versiones. Pero los afectados en 15 días nos echaron.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Nelson Castro es uno de los periodistas más reconocidos en Argentina. Conduce los programas de cable ‘El Juego Limpio’ y de radio ‘De Regreso’.
Su punto de vista. La prensa es criticable, pero es un atentado silenciarla. Los medios públicos deben ser estatales.
En el último congreso de la Sociedad Interamericana de Prensa se dijo que hay una movida regional en contra de la prensa, ¿lo convalida?
Sí. Hay una concepción muy antidemocrática hacia la prensa. Porque una cosa es ser crítico de la prensa y otra es la intolerancia hacia la crítica de la prensa. Cuando se actúa así, lo que se busca es la limitación del accionar de la prensa y eso es lo que estamos viviendo fundamentalmente en países como Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina.
¿Cuál debe ser el rol de la prensa en las sociedades democráticas?
Quiero marcar una cosa: entre la prensa que se ejerce libremente y el poder siempre hay una tensión. Es más, la realidad demuestra que si no hay eso, la prensa no está cubriendo bien porque el poder tiene vicios y una psicología propia de abusos, de expansión, de intolerancia que está en contra de lo que es la esencia de la prensa que es la pluralidad, lo heterogéneo y lo diverso.
Una de las críticas desde el poder es que la prensa independiente funciona como un partido político…
La prensa es un factor de contrapoder, que no significa estar en contra del partido político de turno. La psicología del poder necesita más poder y por lo tanto expandirlo y que la gente piense como él. Entonces, el que piense diferente, le molesta. Cuando en la prensa se trabaja con ética es diferente. Nos interesa la verdad de los hechos, sobre estos entendemos que hay opiniones diversas y pretendemos reflejarlas. Es decir, no pretendemos que se escuche solamente nuestra opinión.
¿Cómo debe actuar la sociedad en estos casos ante las presiones del poder?
La sociedad debe preocuparse por lo que le pasa a la prensa honesta porque es un instrumento importante para hacerla más transparente y decente. No hay una solución mágica porque si la Justicia no protege a la prensa libre y la sociedad es indiferente, estamos indefensos ante el autoritarismo de turno.
Además, nos consideran poderes fácticos…
Es propio de líderes de poca formación y vocación democrática. El poder tiene derecho a criticarnos, pero cuando agreden como lo hace el ex presidente en funciones (Néstor Kirchner) y se burla de un periodista con cobardía, en medio de un séquito de adulones, es inaceptable.
¿Cuáles son los retos del periodista en estos casos?
Seguir trabajando con honestidad, con apego a la ética, con autocrítica porque eso hace nuestra credibilidad y confiabilidad y son nuestra defensa. Si queremos responder actuando como el poder, nos equivocamos.
La prensa es considerada como empresa , ¿cómo es la relación con los trabajadores (periodistas)?
Es un desafío históricamente presente. Las empresas deben entender que cuando se dedican a lo periodístico, el capital más importante que tienen es la credibilidad del trabajo honesto de sus periodistas. Es un punto de tensión y no es fácil. Es importante que exista un cuerpo de periodistas dispuestos a mantener y defender aquello para que una empresa no diga “ si no te gusta esto viene fulano que lo va a hacer como lo queremos nosotros”.
¿Hay otros mecanismos de presión?
Sí, el de la publicidad oficial. El Gobierno presiona con esto. Muchos medios pueden tolerar que no den publicidad, pero otros no.
¿Se pueden confundir intereses y línea editorial?
Cuando eso ocurre, la empresa periodística pierde, sobre todo cuando la defensa de esos intereses se aleja de principios que tienen que ver con la tarea periodística. Ese es un problema.
Pero, ¿ la existencia de medios públicos es perjudicial?
Soy defensor de los medios públicos. El problema es que en Argentina y en otros países, esos medios no son públicos, son del Gobierno y no actúan como medios de la sociedad.
En Ecuador hay muchos medios públicos, algunos han sido incautados por el Estado bajo la presunción de que el poder no es eterno, ¿qué pasaría cuando asuma un Gobierno de otra línea política de la actual y controle esos medios?
Ese día, quien hoy tiene el poder y en su momento no lo tenga, va a golpear la puerta de algunos de esos medios que denostó porque solo ahí va a tener la posibilidad de expresarse y defender sus ideas, cosa que no va a tener en esos medios públicos cuando no esté en el poder.
Ahora, la prensa ha cometido errores…
Por supuesto. No somos infalibles. Necesitamos una actitud autocrítica permanente. Una cosa es la crítica a la prensa, otra es decir que no quiero que este diario esté más en circulación. Y según mi criterio estamos asistiendo a lo segundo.