El reciente cierre de la aplicación CBP One para gestionar citas de asilo en los Estados Unidos dejó a miles de migrantes en una situación aún más vulnerable.
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Según Médicos Sin Fronteras (MSF), la medida incrementa los riesgos que enfrentan los migrantes a lo largo del corredor migratorio latinoamericano. Los atrapa en zonas de alto riesgo y los expone a redes de tráfico y violencia. “Es una decisión irresponsable que tendrá repercusiones inmediatas y prolongadas en la vida, la salud y el bienestar de muchísimas personas”, afirmó Adriana Palomares, coordinadora de MSF en México, en un comunicado de prensa.
Aunque imperfecta y limitada, MSF considera que la CBP One ofrecía la posibilidad de gestionar citas para solicitar asilo en puertos de entrada de EE. UU. De esta forma se evitaba, en algunos casos, rutas peligrosas y la exposición a redes de tráfico de personas.
Su cierre, junto a la falta de alternativas legales y dignas, obliga a mucha gente que a menudo ya huía de contextos de violencia y exclusión a permanecer atrapada en zonas de alto riesgo en México y otros países de la región.
MSF ya ha atendido a migrantes con problemas de salud mental, como crisis de ansiedad, debido a la cancelación de citas previamente aprobadas. En el caso de una paciente, la cancelación de su cita para febrero desató una crisis que también afectó a su familia.
La organización ha observado un aumento en el flujo de migrantes que viajan en caravanas desde el sur de México hacia la frontera norte. Ellos buscan seguridad, a pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas por disolver estas movilizaciones. “Estas políticas migratorias deshumanizan y agreden a las personas en movimiento de manera alarmante”, comentó Palomares.
A la venezolana, Silvia Camacho, el cierre de la aplicación CBP One causó tristeza y frustración. “Yo quisiera entrar legalmente con mis hijos y se pusieran las manos en el corazón y se retomarán las citas”.
1800-Migrante advierte sobre crisis humanitaria en México
Por su parte, Williams Murillo, de 1800-Migrante, expresó su preocupación por el impacto de estas medidas en la región. “Las nuevas directrices generan miedo e incertidumbre. Más de doscientos cincuenta mil migrantes estaban esperando una cita para el CBP One. Ahora, cada día aumenta el número de inmigrantes que llegan a México con la esperanza de cruzar hacia los Estados Unidos.
Esto va a generar varios problemas en México, que no tiene los recursos para manejar tanta gente”, alertó Murillo. Además, destacó que la situación podría convertirse en una crisis humanitaria, con implicaciones legales y políticas a nivel internacional. “Con todas las violaciones de derechos constitucionales ya hay una batalla legal en las cortes por las órdenes ejecutivas”, advirtió Murillo, haciendo un llamado a que los países de la región se unan para buscar soluciones.
Ambas organizaciones coinciden en la necesidad de implementar políticas migratorias más humanas que protejan a las personas en tránsito y les brinden acceso a vías legales de asilo y protección.