Imagen referencial. En el mundo todavía no existen fármacos para curar el coronavirus. Foto: Pxhere
Los primeros días de julio, la abogada Cristina -nombre protegido- tuvo algo de malestar corporal y fiebre alta, indicadores de la presencia de la nueva cepa de coronavirus. Se hizo la prueba y dio positivo; enseguida le recetaron fármacos para contrarrestar las molestias de este mal.
Al no haber un tratamiento aprobado, los médicos recetan antibióticos, antiinflamatorios, retrovirales, corticoides e inhibidores del sistema inmunitario. Lo hacen según los síntomas: leves, moderados o graves.
En el país y en el mundo, la mayoría de los casos estables permanecen con medicación de ‘primera línea’ (dosis básicas) y en aislamiento domiciliario. Hasta el viernes 17 de julio del 2020 había 43 962 personas en ese grupo, 97,5% de 45 068 contagiados que continúan con el virus (casos activos). Los 1 106 restantes están internados en casas de salud.
Cristina está en el primer grupo. Como sus síntomas no fueron intensos le enviaron a cumplir con la cuarentena en casa y a tomar antibióticos, antiinflamatorios y corticoides. “Los encontré; gasté USD 246”.
Durante la pandemia, la demanda en las cadenas de farmacias se centra en estas medicinas, a las que se suman las vitaminas, complejo B y productos de hidratación. Se hacen controles diarios para evitar un desabastecimiento, dijeron los grupos GPF (Fybeca y Sana Sana) y Difare (Pharmacy’s, Cruz Azul y Farmacias Comunitarias).
A pacientes con molestias leves -señala el internista Carlos Nieto, del Hospital Metropolitano- se les recomienda analgésicos contra los problemas respiratorios y decaimiento.
Nieto reconoce que las medicinas no son baratas. El costo de una de las fórmulas biológicas para combatir la inflamación, principalmente en pacientes con síntomas graves, alcanza los USD 684, por una caja de 20 unidades.
Se utilizan más en el ámbito hospitalario. Además, está el tratamiento basado en la colocación de oxígeno y, en caso de trombosis o aparecimiento de coágulos en la sangre, se da anticoagulantes, según la neumóloga Belén Noboa, del Hospital Pablo Arturo Suárez.
“En el mundo no existe un tratamiento específico para curar el covid-19”, recuerda Fausto Guerrero, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS.
Por eso, explica, lo que hacen es administrar un grupo de medicamentos que brindan soporte a los órganos y que sirven como analgésicos y sedantes. Y otro grupo, para, por ejemplo, contrarrestar úlceras provocadas por el estrés en el estómago, que se manifiestan en sangrados a nivel digestivo; así como antibióticos para otras infecciones bacterianas.
Hasta ahora -dice- lo que se hace en Ecuador es revisar protocolos usados en otros países, en donde meses antes se empezó a combatir al SARS-CoV-2. En marzo, por ejemplo se decía que lo indicado era usar hidroxicloroquina, luego la evidencia fue mostrando que era mejor la dexametasona, que disminuye la mortalidad y el tiempo de estancia en terapia intensiva, por ejemplo.
Todo medicamento que usan para tratar covid-19 resulta del consenso de médicos ecuatorianos, precisa Guerrero. Y recuerda: “ aún no tenemos acceso a ese fármaco ruso del que se habla en el mundo; hacemos propuestas y la autoridad sanitaria decide”.
En el Consenso Multidisciplinario Informado en la evidencia sobre el tratamiento de covid-19, aprobado en Ecuador por gremios y Salud, se alerta sobre la falta de confirmaciones científicas para la aplicación de hidroxicloroquina, ivermectina, lopinavir, ritonavir, interferón, entre otros.