Médicos ecuatorianos tienen criterios diferentes sobre uso de dexametasona

El fármaco fue estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

El fármaco fue estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

El fármaco fue estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido. Foto: AFP

En contagiados muy graves, la nueva cepa de coronavirus produce una inflamación total del cuerpo, conocida como tormenta de citoquinas. Esta reacción puede provocar la muerte. Frente a eso, científicos probaron con dosis de dexametasona, para combatir este tipo de reacción.

El fármaco fue estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido. Concluyeron que actúa como unas hormonas que sirven para desinflamar y que están presentes en el cuerpo humano. El estudio se hizo con 2 000 pacientes en estado grave.

Los primeros resultados dieron cuenta de que el medicamento redujo las muertes en el 35%; mientras que la mortalidad bajó a la quinta parte entre quienes recibían oxígeno.

“Creo que en Ecuador debemos ser pacientes, esperar y no precipitarnos. Hay que recordar lo ocurrido con la hidroxicloroquina; ha provocado más revisiones de pares”, comentó Edgar Samaniego, autor de un libro sobre Fundamentos de la Farmacología y quien por décadas dio esa cátedra en la Universidad Central.

Además, el médico y exrector, reiteró que hay que pedirle a la población “no cometer la barbaridad de probar este medicamento antiguo y muy barato. Los investigadores de Oxford advirtieron que lo aplican únicamente con quienes están muy graves, hospitalizados”.

La dexametasona se usa contra enfermedades autoinmunes, para evitar rechazo de trasplante de órganos, artritis reumatoidea y procesos alérgicos agudos, entre otras, indicó Edgar Samaniego.

Entre otros efectos indeseables, dijo, puede producir, retención de líquidos, es decir edema; alteraciones de distribución de la grasa, que causan la cara de luna llena o hinchazón. Descarta que provoquen a los tratados por covid-19 osteoporosis o insuficiencia suprarrenal aguda pues eso pasa cuando se usa a largo plazo. En Oxford lo utilizan por 10 días.

Por otro lado, Enrique Terán, médico especialista en farmacología, sí utilizaría este medicamento que pertenece al grupo de los glucocorticoides solo en pacientes que estén en condición de gravedad, en cuidados intensivos.

Lo haría con “mucho cuidado”, ya que es importante disminuir la inflamación producto del SARS-CoV-2. Pero -alerta- los médicos deben monitorear constantemente al paciente para descartar infecciones bacterianas.

Esto debido a que el medicamento produce inmunosupresión, es decir, una baja de las defensas, por lo que la persona puede contagiarse con otros microorganismos que le pueden provocar la muerte. Una de las más comunes es la pseudomona, una bacteria intrahospitalaria.

En el Consenso Interino Multidisciplinario Informado en la Evidencia sobre el Tratamiento de covid-19, que se actualizó en mayo y estuvo a cargo de gremios médicos y el Ministerio de Salud, no se indica el uso de estos fármacos para cualquier paciente, ya que aún no se ha probado su efectividad para neumonía grave.

Suplementos digitales