Los Mazoyer piden la mayor pena por el crimen de su hija
Redacción JudicialUna y otra vez, Andrés V. se introducía a la boca la pequeña imagen de Cristo. Casi no levantaba la cabeza y cuando lo hacía miraba y sonreía a José Q. y a Geovanny L. Los tres fueron detenidos el 30 de septiembre del 2009 y fueron procesados como sospechosos del asesinato de la ciudadana francesa Charlotte Mazoyer. Ayer acudieron a la audiencia de juzgamiento en el Tribunal Séptimo de Garantías Penales, en Quito, donde fueron hallados culpables.
Una cita con Moreno Los padres de Charlotte Mazoyer se reúnen hoy con el vicepresidente de la República, Lenín Moreno. En agenda de la pareja también está analizar el caso de la casa de salud donde murió su hija, en septiembre. Dialogarán con Enrique Alcívar, cuyo hijo también falleció en ese centro privado.La pequeña sala de la Judicatura (norte de Quito) estuvo repleta. Adentro, dos hombres que vestían camuflaje y chalecos antibalas, con la identificación de la Dirección Nacional de Rehabilitación, vigilaban a los detenidos. Los padres de Mazoyer, Bernard Mazoyer y Elizabet Mazoyer, quienes llegaron el domingo desde Francia, estaban consternados. No hablan español, pero eran respaldados por los amigos de Charlotte. Antes de que el presidente del Tribunal, Luis Fuentes, iniciara la audiencia, la pareja pidió a un traductor que expresara su petición: la pena máxima para las personas que la noche del 12 de septiembre asesinaron a su hija de 27 años, en Guápulo. Bernard y Elizabet recordaron ayer que a las 08:00 (de Francia) del 13 de septiembre su tranquilidad terminó. Recibieron una llamada telefónica de un familiar que les dijo que algo pasaba con su hija, Charlotte, quien realizaba un estudio científico en Ecuador. Entonces, se levantaron y llamaron a los amigos de la joven y a la Embajada de Francia en Quito.Así se enteraron de la muerte de su hija, una vulcanóloga, quien había llegado al país en el 2006 y trabajaba como investigadora en el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de Francia (IRD).La noche del 12 de septiembre, la joven fue asaltada cerca de su casa y asesinada. Los hechos también fueron relatados ayer por el fiscal de Delitos Contra la Vida, Vladimir Jaya, durante la diligencia en el Tribunal. Mientras hablaba, Andrés V. sacó un chicle del pantalón raído y lo masticó. David Rivas, uno de los abogados de la familia Mazoyer, se remitió a las declaraciones que los sospechosos dieron durante las investigaciones. Según esas versiones, desde la mañana del 12 de septiembre los tres se reunieron en el sur de Quito y planificaron la “compra de licor y droga”. En su relato dijeron que cerca del mediodía se les acabó la plata y que intentaron robar celulares para venderlos. Además, que quisieron robar un local y que, al no conseguirlo, se trasladaron en un taxi a Guápulo. En una vía del sector se encontraron con Mazoyer, quien salía de una tienda. “La interceptaron, forcejearon. Le dispararon y le perforaron el corazón, el pulmón y el hígado y la bala se alojó en la pelvis”, dijo Rivas. Sentados frente a los detenidos, los padres de la joven escucharon atentamente el relato, traducido por un funcionario de la Embajada de Francia. Es la primera vez que la madre de Mazoyer visita Ecuador, el padre estuvo el año pasado. Los dos son médicos de profesión y, para viajar a Quito, dejaron temporalmente sus trabajos en dos hospitales de Francia. Desde que llegaron a Quito se reunieron con sus abogados para hablar de la defensa. Andrés V. seguía con el chicle en la boca. Los tres no hablaron, solo lo hicieron sus abogados, delegados de la Defensoría Pública. Luis P. también estuvo allí. Él fue el policía que investigó los hechos. Frente a los tres miembros del Tribunal, contó lentamente cómo hallaron al dueño del taxi, en el cual se fugaron los sospechosos tras asaltar a Mazoyer. “El propietario vive en el sur de Quito, pero él nos dijo que el carro le dio a un muchacho de nombre Geovanny L., para que trabajara y que él solamente entregaba la plata los domingos”, dijo el policía. La respuesta de Blanca Avilés fue inmediata. Ella es defensora pública y ayer auspició a Geovanny L. “Mi defendido dice que él solo hacía una carrera a los dos señores. Que les llevó a los centros de diversión y nada más”. La defensa de los dos restantes también declaró su inocencia. En los pasillos, amigos de Mazoyer, como Enrique Boh, pedían que “esta vez se haga justicia”. La audiencia finalizó a las 18:50. El Tribunal estableció la culpa de Andrés V., José Q. y Geovanny L. En las próximas horas dará a conocer la sentencia para cada uno.