Redacción Negocios
Los bancos privados grandes serán los que más ajustes tarifarios deberán hacer, a partir del 1 de julio.
A esta conclusión llegó el estudio de la Superintendencia de Bancos (SBS), el cual permitió establecer los nuevos costos máximos de los servicios.
“Uno pensaría que a las instituciones muy chiquitas les va a costar más (los servicios), pero del análisis que hicimos salió que la mayor afectación no está en cooperativas, sino en el sector de bancos grandes. Esto genera una duda de qué está pasando con las economías de escala”, enfatizó Cristian Murgueytio, director de Estudios de la SBS.
La afectación para mutualistas y sociedades financieras, según el ente de control, también será mínima, pues muchos de sus costos ya son gratuitos.
Pero esta semana, bancos e instituciones financieras han reiterado que además de la reducción de su rentabilidad, muchos de los servicios desaparecerán o su calidad se deteriorará.
Murgueytio dijo que para llegar a este resultado se contó el número de transacciones que se realizan por cada servicio y el precio que cobran todas las entidades reguladas por la SBS.
Una vez cuantificadas las cifras, se estableció una tarifa máxima con base en el precio del 70% de las transacciones en el sistema. .
En otras palabras, si el 70% de entidades ya cobra hasta un valor fijo, se entiende que ya cubren un costo y, además, mantienen una utilidad razonable. El 30% restante que está por encima del techo debe bajarse y justamente en este grupo es donde se encuentran los bancos más grandes.
Este tipo de metodología se aplicó en 29 servicios financieros de los bancos, cuyo costo bajó, entre el 20 y el 91%.
Murgueytio no especificó qué bancos están dentro de este 30%, que serán los que más incurran en ajustes. Sin embargo, la misma SBS cataloga a cuatro, como los más grandes: Pichincha, Guayaquil, Produbanco y Pacífico.
Este último, cuyo principal accionista es el Banco Central, lleva una sostenida reducción de sus costos financieros.
Para determinar qué servicios debían ser gratuitos, en cambio, se agruparon a las transacciones que por sus características son básicas y son parte del negocio financiero en el país. El mantenimiento de cuentas corrientes y de ahorros es un ejemplo. A través del estudio se comprobó que su costo ya está inmerso en la intermediación financiera.
Esto se refiere a la ganancia que reciben las instituciones, entre la tasa que pagan al cliente (pasiva) y la que cobran a quienes prestan dinero (activa).“Esos costos ya están implícitos y no hay razón para que cobren”, explicó Gloria Sabando, superintendenta.
El costo de reposición de la cartola o libreta de los clientes tampoco tendrá un costo, porque según la lógica de la SBS, se deriva de los dineros que el cliente deposita o retira de sus cuentas.
Sin embargo, si al cliente se le perdió, le robaron y necesita una nueva actualización de su estado de cuenta, la tarifa máxima de reposición será de USD 1.
Hasta el 19 de junio, de las 64 instituciones que reportaron costos por este servicio a la Superintendencia, 19 registraron costo cero, es decir, un 30%.
La gratuidad de la tarifa del retiro de cajeros automáticos de las mismas entidades es la que más controversia causa entre los banqueros, por los costos de operación que este servicio implica.
De 27 entidades que entregaron sus costos a la SBS, todas cobraron entre USD 0,20 y 0,42. Pero para la SBS este es un servicio básico que debe ser gratuito.