Yo vivo mi libertad plenamente. No tengo ningún tipo de censura que me haga sentir liAmitado de actuar, hablar, trabajar, opinar, escoger y hacer las cosas que me agradan. Desde que regresamos a la democracia el Estado ha garantizado los derechos básicos relacionados con la libertad de expresión.
En mi vida profesional desde el espacio que me da la radio (La Voz del Tomebamba) tengo libertad para emitir las noticias y opinar, y nadie me impone un criterio. En mis cátedras diarias que imparto en la Universidad del Azuay ocurre lo mismo y no he tenido limitaciones.
Cuando se hacen las cosas de forma correcta y sin ofender o irse contra la libertad de otros, se alcanza la máxima libertad. En mi vida personal también disfruto de la libertad de estar en familia y de vivir con ellos momentos especiales. La máxima libertad que tiene el ser humano es la de expresarse porque nos permite decir nuestros puntos de vista y en base a la diversidad de expresiones, el resto se enriquece y crea su propio criterio.