Mauricio Pozo, ministro de Finanzas. Foto: EL COMERCIO
Entrevista a Mauricio Pozo, ministro de Finanzas
¿Qué prevé hacer en siete meses que le quedan al Gobierno?
Es un plazo corto, efectivamente. Podemos tomar acciones sobre tres ámbitos. El primero es consolidar el programa económico, el mantenimiento del acuerdo con el FMI y la consecución de las metas fiscales, y que todo ello vaya apuntalando la dolarización. En segundo lugar, Ecuador necesita aprobar reformas que nos permita una opción de recuperación posterior. Me refiero a una reforma laboral, a la seguridad social y tributaria. Si bien eso será parte de una siguiente administración, parte de mi rol será convocar un diálogo nacional para formar una suerte de consensos básicos para avanzar en esos temas. Y el tercer ámbito es hacer ciertos correctivos permanentemente para que la economía se ajuste a las actuales condiciones.
¿El compromiso es dejar un borrador de esas tres leyes?
Así es, un texto blanco y negro, pero que es fundamental. Esto será clave en la gestión del siguiente Gobierno, con FMI o sin FMI. La seguridad social y el ámbito tributario necesitan una reforma. El ámbito laboral se debe reformar, está obsoleto y caduco. Esto hay que hacerlo. Son temas espinosos y por eso se debe entrar a un proceso de diálogo, con la participación de varios actores, del Gobierno Nacional, la ciudadanía, políticos, personas técnicas y más que permitan darle sustento a las reformas.
¿Comparte las sugerencias contenidas en el acuerdo con el FMI sobre alza de tres puntos del IVA, revisión del IVA a tercera edad, universidades, impuesto a la gasolina?
Esos son temas que están en el reporte del equipo del FMI. Esas acciones permiten alcanzar metas para el balance fiscal, superávit primario, acumulación de reservas. Hay que evaluar las acciones para ver cuál es la mejor forma de alcanzar esos objetivos. Por ejemplo, si mañana hay cómo reducir el gasto público para no tocar el IVA o tocarlo de una forma menos intensa. O pensar en conjugar una revisión al impuesto a la renta con una eliminación gradual al impuesto a la salida de divisas. Con esto quiero decir que las medidas no están escritas en piedra y se puede negociar.
No es la primera vez que se habla de un diálogo nacional, pero al final no queda en nada. ¿Qué hace pensar que ahora sí habrá resultados?
Hay que hacer el esfuerzo necesario para hallar puntos de coincidencia. Yo creo que existen y en varios ámbitos. Los países sí hallan acuerdos, pero quizá eso demanda que todos tengan que ceder en algo.
¿Cuáles son esos puntos de coincidencia?
Por ejemplo, el país no puede seguir en un esquema laboral rígido. Hay demasiados contratos, revisar los costos de contratación y de despido, la jubilación patronal. Todo eso debe discutirse para que la contratación sea más atractiva.
Cuándo empezará el diálogo
Lo antes posible.
Cuando usted habla de correctivos, ¿a qué se refiere?
Revisaremos varios procesos. Por ejemplo, la recaudación de impuestos para simplificar trámites.
¿Cómo usará 7 150 millones que llegarán hasta fin de año?
El déficit para este año es de 8,9% del PIB. Yo no recuerdo que haya existido un déficit tan grande en el pasado reciente del Ecuador. En ese contexto, el uso de los fondos irá para cubrir ese déficit y la atención de compromisos como los atrasos por USD 3 600 millones. El viernes pasado entraron ya USD 2 000 millones del FMI y ese mismo día se fueron 1 000 millones. Por eso, habrá un tema de priorización que tenga en cuenta los pagos más urgentes, más sensibles, la antigüedad.