Pocos usuarios acuden por la noche al Centro de Matriculación Bicentenario. Foto: Paúl Rivas / El Comercio.
Es la ‘regla’ entre los ecuatorianos. Dejar todo para el último. Los empleados del Centro de Matriculación Bicentenario, en el norte de Quito, lo saben bien. Ese complejo, en la zona norte del exaeropuerto Mariscal Sucre, atiende 14 horas al día, entre las 07:00 y las 21:00, de lunes a viernes. Pese al horario, los usuarios esperan hasta los últimos días del mes para hacer los trámites.
EL COMERCIO comprobó esa realidad. El lunes 10 y martes 11 de marzo visitó el Centro de Matriculación Bicentenario entre las 20:00 y 21:00. El recinto lucía semivacío. Apenas unas 15 personas ojeaban documentos y verificaban que todo estuviera completo antes de acercarse a las ventanillas. “Esto cambia en los últimos días del mes (este marzo es obligatorio el registro para los vehículos cuyas placas terminan en 2). A veces nos quedamos pasadas las 21:00 para atender a todos”, comentaba David Acosta, supervisor del centro.
En el Bicentenario, los usuarios pueden hacer cualquier trámite relacionado con la matriculación de sus vehículos. Desde renovaciones simples (permiso de circulación anual) y transferencias de dominio (cambio de dueño) hasta modificaciones en el tipo o color del auto, placas, informes jurídicos (cuando los vehículos han sido clonados), entre otras diligencias. El servicio bancario también atiende hasta las 21:00. Solo la revisión técnica no se realiza en este complejo.
La extensión del horario de atención rige desde agosto del 2014, pero pocos usuarios conocen el servicio. “Pensamos en la gente que sale de sus oficinas a las 17:00. Queremos evitar la afluencia masiva en diciembre, atrasos y multas innecesarias”, explica Acosta.
Mientras él dialoga con este Diario, el resto de empleados se prepara para salir. Jasmín Analuisa recogía su cartera y las flores que sus compañeros le regalaron por su cumpleaños. Ella vive en Quitumbe, al otro lado de la ciudad, y utiliza su moto para desplazarse hasta el Bicentenario. No se hace lío por el horario. Las personas que trabajan hasta las 21:00 entran a las 13:00.
Analuisa trabaja en el centro de matriculación desde hace ocho meses y los últimos cinco ha trabajado en la noche. “Es gratificante formar parte de este grupo que empieza a cambiar el concepto de lo que es el servicio público”.
En el Centro de Matriculación Bicentenario se cambió los horarios de atención para comodidad del usuario. Foto: Paúl Rivas / El Comercio.
La joven, un tanto nerviosa por la entrevista, recordaba que hay personas que agradecen la atención. “Nos dicen ‘qué mal por ustedes, pero qué bueno por nosotros’. En realidad no es malo. Al fin y al cabo nuestro horario también es súper flexible. Tenemos toda la mañana libre”.
El martes, 10 minutos antes de las 21:00, los últimos tres usuarios entregaban documentos. Marcia Ochoa esperaba a sus compañeros. Ella trabaja desde el 2005 como transportista escolar. Dejó una carpeta con los requisitos que pide el Municipio para regular ese servicio. “Mire la hora que es. Los señores
A las 21:10, las luces en el centro de matriculación se apagan. Los últimos usuarios encienden sus autos, los empleados salen en grupos…todo queda en silencio.