Más tributos

Acostumbrado a un gasto desmesurado, alentado por el ingreso extraordinario de recursos provenientes de esa inusual lotería petrolera de 2008, ahora que el precio del crudo ha descendido, aun cuando se mantiene en valores elevados comparado con el precio promedio del barril de petróleo que el país recibió en los últimos 10 años, urgidas por dinero la autoridades han anunciado nuevas medidas tributarias. 

Con el fin de enfrentar la crisis mundial, muchos países han apoyado al sector privado para que no se pierdan fuentes de empleo; mientras  acá, por el contrario, se plantea extraer más recursos por la vía de aumentar las tarifas de varios impuestos.

Al menos se han anunciado dos medidas: elevar en el 100% el Impuesto a la Salida de Capitales, y gravar con el 10% a los dividendos que reciben los accionistas de las empresas, los cuales ahora están exentos.

Para justificar estas medidas se recurre a argumentos que merecen ser analizados. Se menciona  que la carga impositiva en el país es baja en comparación con la de otros países de Latinoamérica. 

Se ha dicho también que en otros Estados los dividendos están sometidos al pago de impuestos.  En esta ocasión se contrapone a Chile, país que muchas veces sirve como ejemplo de desarrollo, como una muestra.  Lo que no se dice es que, efectivamente, en ese país la tasa del IVA es del 18% y existe un impuesto a los combustibles que da como resultado un precio del galón de gasolina cercano a los USD 4.

Si fuera el caso ecuatoriano, solo con la elevación del IVA a esa tarifa habría una recaudación adicional de USD1 660 millones, lo que equivaldría a 3% del PIB de 2008. No se sugiere elevar ese impuesto, peor aún si el gasto estatal no es de calidad, pero si se hacen las comparaciones hay que poner en la balanza todos los elementos. En relación con el Impuesto a la Renta, es verdad que en el país del sur la tarifa es del 35%, pero no se dice que  el pago de utilidades a los trabajadores de las empresas asciende  a un sueldo mensual del trabajador al año.

En Ecuador las empresas deben cancelar el 36,25% de la utilidad obtenida en el ejercicio. Si se gravasen también los dividendos a los accionistas, la tasa real efectiva que se descontará de la utilidad sería del 42,63%.  Cabe preguntar: ¿se podrá atraer inversión en esas condiciones, cuando los países de la región tendrían tasas inferiores a las nuestras? ¿Será  la mejor manera de fomentar la creación de  fuentes de empleo?

Si persisten en ese camino no hay duda de que en el mediano y largo plazo el país lamentará la adopción de esta clase de decisiones, porque con esas tarifas impositivas a las que hay que agregar otra cantidad de impuestos municipales y tasas locales a favor de entes de control, los rendimientos serán bastante escuetos, sin que existan atractivos para invertir y generar más y más empleo.

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